Por Ana Lucia Arango M.
Recordemos que el impuesto o gravamen a los movimientos financieros 2 x 1000 nació en el gobierno de Andrés Pastrana (1999) pues el país pasaba por una profunda crisis financiera del UPAC y este impuesto ayudaría a la banca oficial. En el año 2000 mediante una reforma tributaria (Ley 633), el impuesto subió un punto 3 x 1000, Con el fin de destinar esos recursos extras para la reconstrucción del Eje Cafetero, afectado por un terremoto el 25 de enero de 1999.
En el año 2003 en el gobierno del presidente Álvaro Uribe decidió aumentar otro punto 4 x 1000., se dijo entonces que este impuesto se eliminaría en el año 2007, pero mediante la Ley 1111 de 2006 lo convirtieron en un gravamen permanente. Aceptamos este impuesto, según el gobierno para la ayuda de las urgencias que se presentaban en nuestro país.
Volvimos a escuchar por parte del gobierno del Presidente Juan Manuel Santos un desmonte de este impuesto. Planteo un descenso escalonado para su posterior eliminación en el 2018, lo afirmó “La tarifa del Gravamen a los Movimientos Financieros es del cuatro por mil (4 x 1.000), pero ésta se reducirá gradualmente de la siguiente manera: Al 2 x 1000 en los años 2014 y 2015 – Al 1 x 1000 en los años 2016 y 2017 – Al 0 x 1000 en los años 2018”. El jefe de la cartera de Hacienda explicó que se debe hacer gradualmente porque el Ministerio y la Dian tienen que remplazar ese recaudo con otros impuestos para que en el desmonte no se pierda el recaudo.
¿Nos mintió Santos con el planteamiento del desmonte gradual del 4×1000? Porque en la Reforma Tributaria para el 2017 se busca que se mantenga este impuestoque fuera transitorio.
Como un ‘gran sapo’ que el sector bancario se tendrá que tragar, calificó Santiago Castro, presidente del gremio de banqueros, Asobancaria, la medida que se incluyó en la Reforma Tributaria de dejar de manera permanente el 4×1.000.
El vocero gremial expresó que, aunque este tema poco ha salido a la palestra, con tantas transformaciones propuestas al Estatuto Tributario, tendrá un gran impacto en este sector que es uno de los que jalona la economía del país.
“Con el 4×1.000 de carácter permanente no se avanzará rápido en la tarea de bancarizar a los colombianos”, manifestó Castro.
En varias reuniones y declaraciones la Asociación Bancaria de Colombia ha pedido al gobierno, el desmonte del tributo bancario del 4×1000, con el fin de estimular la vinculación de muchos más colombianos al sistema financiero tradicional y propiciar una reducción en los costos de los servicios que presta el sector.
No dejemos que este engaño continúe, nosotros debemos despertar y realizar conjuntamente una protesta ante tanto abuso, por la ausencia de planeación en el gasto publico colombiano. El Gobierno realiza un presupuesto y allí debe destinar un rubro para las catástrofes o inclemencias del tiempo, pero no seguirse inventando tanto programa politiquero.