De regreso a los días felices. Piedrahita ha sido claro. Ahora se puede pensar en ser campeón. Como registro de la tendencia bipolar que nos define ahora hablamos del primer lugar cuando ayer maldecíamos ir de penúltimos. ¿Hace cuánto no se veía un equipo con tres partidos atrasados en el balompié local? Estamos calcando la irregularidad de las jornadas en la liga inglesa o en la Argentina, de la misma forma en que le robamos sus cánticos, incluyendo, vergonzosamente para todos, el mismo acento. Somos de un ingenioso que el diablo parece monaguillo violado. Snobs sin siquiera saber que esa palabra existe nos hemos acostumbrado, como hinchas de este dolor de orto que es el América, a mirar como dela nada se rescata la mística, como cosa irreal es lo único que queda, que salva puntos en los minutos finales.
Esta semana, en la nevera, con casi tanta gente como en el Pascual apostando su billete a su suerte, la mecha confirmo que está en una seguidilla. Lo maravillosos de esto es el repunte en la tabla de clasificación, que lo deja a un partido, que aún tiene atrasado, de quedar primero. Bueno, es un torneo muy reñido, no sé porque le dicen irregular, si siempre gana los mismos también se quejan. Más bien pónganle cuidado a sus vidas laborales y dejen que Piedrahita haga milagros con lo mucho que tiene y lo poco que espera.