Por Juanita Cataño
Tenemos problemas es cierto, pero en vez de exportarlos a través de series y novelas tenemos que combatirlos para que no se proliferen, la televisión es un medio muy persuasivo. Cuidado con lo que ve.
Si somos nosotros los jóvenes los tachados como culpables del detrimento de la sociedad y sale uno a la calle y les pregunta cómo les parece la televisión colombiana y de cada 10 jóvenes 8 coinciden en que las últimas producciones que han salido al mercado son una ‘basura’, viéndolo desde el punto de vista cultural y pedagógico, ¿Quiénes son los que ven las producciones de los canales privados como RCN y Caracol? ¿Y hacen que estas series tengan un alto rating?
No se hace extraño también ver a los padres y familiares renegando del contenido en cuanto a escenas de sexo y violencia en el horario AAA en el cual deberían hacer transmisiones para toda la familia. Basta con la realidad de las noticias para que después de ver lo que sucede en la ciudad y en el país nos toque ver series o novelas como Sin tetas no hay paraíso, La virgen de los Sicarios, El cartel de los Sapos, y las tantas otras que hay o vienen en camino.
Este tipo de producciones son contraproducentes y deberían prohibirlas por muchas razones. Primero porque estamos vendiendo una imagen nuestra de una forma incorrecta. Es cierto que nuestro país tiene problemas sociales como el narcotráfico, el consumo de drogas, la prostitución, etc. pero no somos los peores, ¿o han visto a México con alguna animación de la violencia a la que está sometida debido a la guerra entre los carteles?, ¿qué tal que les diera por convertir sus matanzas en series o novelas?¿quién querría ir? Y no se trata de tapar, para nada, se trata de que por los diferentes medios a los que podamos llegar siempre haya una enseñanza ética para convivir en sociedad a pesar de las dificultades que cualquiera pueda atravesar. Todos saben el problema que hay en México nos hemos dado cuenta a través de las noticias. Aun así yo creo que si le preguntamos a un extranjero a qué país preferiría ir con tan solo ver las producciones de una novela mexicana a la nuestras, pues hasta yo me iría para México.
¿Qué estamos vendiendo?
Colombia = La mejor coca. Eso es lo que nos hemos limitado a transmitir a través de las series que exportamos. ¿Por qué? Porque eso es lo que le gusta ver a la mayoría de los colombianos. Porque somos un país donde la cultura parece cosa de otros.
La doble moral de los canales
¿Dónde quedan los mensajes de amor y paz de navidad? ¿Será que no piensan en más que seguir lucrándose y dándole al pueblo basura? ¿Consecuencia del consumismo y del capital? Son tantas las preguntas como las repercusiones que se pueden dar. ¿Qué niño no se cree su súper héroe favorito? Pensemos y sensibilicémonos un poco, si un niño de un sector vulnerable y con pocas perspectivas de vida ve este tipo de series (que seguramente las ve y si no les gusta de todas formas les toca porque bajo sus condiciones socioeconómicas en su hogar hay mínimo un televisor para toda la familia en ese caso la mayoría gana), entonces va a ver que los personajes de dichas series tienen algo similar a ellos como sus condiciones de vida, su situación económica. Al sentirse identificados van querer lograr lo que estos logran imitando sus acciones, de ahí el sicariato, la prostitución, el lavado de activos, convertirse en mula, hasta llegar a ser el capo, rodeado de prepagos porque el ‘fin justifica los medios’ ¿eso es lo que vendemos? La única producción que recreaba la historia de nuestro pasado fue La Pola y terminaron presentándola a las 11 pm, hora que hasta los adultos ya están durmiendo.
Por qué no realizar producciones que recuerden la creación de nuestras empresas, la formación de nuestros personajes, ilustrar nuestros paisajes, nuestros mitos, nuestra gastronomía, nuestra riqueza cultural, nuestro talento. ¡No más narco televisión, estamos cansados!, si queremos un país desarrollado científico y culturalmente pues que estos grandes gremios sean regulados por los entes correspondientes, que el Estado asuma su responsabilidad social. Que las producciones sean instructivas. No hablo de cuentos de hadas, porque la vida como tal tiene dificultades y todas las personas no actúan siempre bien
El fin
El cambio y la evolución son permanentes. Hagamos que esto no se convierta en la degradación de una sociedad que está acostumbrada a copiar todo lo que ve sin mantener la autonomía. Incluso muchos de mi generación preferimos aun lo clásico, porque lo contemporáneo no invita a nada, por ejemplo la música (si es que se le puede llamar así, conociéndose música como un arte y arte como la perfección y armonía de un trabajo), no toda pero si la mayoría, de la nueva generación, como el reggaetón, denigra a la mujer, incita al dinero fácil, al consumo de drogas y al sexo.
Indiscutiblemente me quedo con la canción social que reflexiona sobre la humanidad, con las baladas inspiradas en el amor y el rock con su fuerza bohemia y nostálgica.