Por: Lina M. Benavides
La luz del escenario se encendió con su voz, ella brilló y su esbelta figura de mujer, se transformó en una bella melodía de cabello largo. De entre la penumbra la guitarra apareció cantando acordes seductores, sus voces se encontraron y de pronto todo fue un mágico baile entre dos hermosos sonidos que aparecían y desparecían entre las cortinas de luz que cubrían el escenario.
La noche del 16 de Febrero, en el auditorio de la Biblioteca Departamental, la luz tenue, la batería delicada y el bajo seguro y decidido, dibujaron un marco armónico sobre el que desfilaron la cantante colombiana Karol Bayer y el guitarrista argentino Sebas López.
Un repertorio de cuatro piezas como Mignight Blue de Kenny Burrell, Body and Soul de Johnny Green, Dat Dere de Bobby Timons y La bajada está peor de Sebas López, le dieron al guitarrista el tiempo justo para dejar en el escenario gran parte de sus cualidades interpretativas y sobre todo para mostrar frente a un auditorio a reventar el espíritu de un amante del jazz: un hombre que se desencajó cantando los acordes de su guitarra y sudó el alma.
Tras Dat dere, apareció en el escenario la bella figura de una mujer alta, cabello negro, manos delicadas y rostro amable. Karol Bayer interpretó la primera canción I got it bad y el escenario se iluminó con su potente y seductora voz. La mujer de largas piernas fue volviéndose cada vez más irreal, estaba revestida por el aro mágico de su voz y yo poco a poco la perdía de vista. La belleza de su sonido y la sensualidad de sus movimientos transformaban a la cantante en algo etéreo: melodía.
The Jody Grind de Horace Silver, Work Song de Nat Adderley, Darn That Dream de Jimmy Van Heusen, Out of Nowhere de Johnny Green y You are my Sunshine de Oliver Hood siguieron tapizando la pasarela por donde la melodía se paseaba presumida y elegante, delicada y seductora, bella, mujer. Una actuación que sin duda alguna superó las expectativas de muchos asistentes y que a mi me hizo contener la respiración, cerrar los ojos e imaginar los dolorosamente bellos pasajes de la historia negra.