Redacción Deportes
Luego del emocionante triunfo de la Selección Colombia frente a México, en amistoso en Miami, la nota discordante luego del encuentro fue que nuevamente un jugador colombiano fue tratado como delincuente en las oficinas de inmigración y aduanas de EEUU.
Se trató en esta ocasión del Internacional juvenil James Rodríguez, quien se disponía a viajar en compañía de los demás convocados que militan en Europa como Radamel Falcao y Bernardo Espinosa, fue detenido durante poco más de 3 horas, sin que se diera razón ni se definiera su situación.
El jugador declaró a Antena2 que fue un capítulo amargo de su vida, pues lo trataron mal:
“Me dejaron dos horas allá, la verdad que se comportaron mal; yo pasé y estaban aquí hablando mal, y la verdad eso para mí fue feo porque yo venía acá a jugar futbol y pensaron que yo iba quién sabe a qué”
En medio del mal rato vivido por el jugador, al igual que le pasa a muchos colombianos que visitan ese país, se dio un gesto de compañerismo de parte de su ex compañero del Porto, Falcao García.
El jugador decidió dejar pasar el avión que lo llevaría al viejo continente y quedarse durante todo el tiempo que fuese necesario, esperando que se solucionara el impasse del juvenil 10 de la selección cafetera.
Fue un acto de compañero, de colega, pero ante todo, de amigo, que demuestra la sencillez y la calidad humana de Falcao, aun cuando debía hacer tránsito rápido, para llegar a su Club, el Atlético de Madrid.
Lamentable incidente que pone la nota discordante a una fecha amistosa auspiciosa para la selección, en el debut del técnico José Pekerman.
Pero la verdad es que cuando un agente de inmigración se enamora de alguien, no importa si es un jugador de talla internacional, o Pepito Pérez, ahí se queda en el famoso “cuartico” de espera.
Por ello, la federación debería hacer más acompañamiento a sus jugadores para evitar que situaciones como estas se vuelvan a presentar con los jugadores, encargados de representar a nuestro país.