El sector privado se dejó ver un poquito en la cultura comunal, entre 22 empresas han invertido $ 5.500 millones en la nueva Fundación BiblioTEC de Cali, en promedio serían unos 250 millones por empresa. El dinero pretende transformar a Red de Bibliotecas Comunitarias de Cali.
Esos 250 millones de pesos no son una cifra que se entregue en chorro o de una pasada. Es más bien una promesa a cinco años. Mil millones de pesos por año para las bibliotecas comunitarias de Cali, cincuenta millones al año por empresa.
Cada vez suena menos impresionante, si consideramos que son empresas de gran envergadura. El año tiene 12 meses, serian 4,166 mil pesos mensuales. El sueldo de un ejecutivo de nivel medio.
Sin embargo, es mejor que nada. Aun cuando no deja el ciudadano de preguntarse por qué esa plata no sale directamente de los impuestos y las políticas públicas. Igual se agradece cualquier cosa del sector privado.
El proyecto quiere beneficiar a unos 2 millones de usuarios, en su mayoría provenientes de estratos 1 y 2. Ya era hora.
A las 6:00 de la tarde del jueves 29 de marzo se hizo oficial, en una rueda de prensa, el acto de constitución de la Fundación BiblioTEC, una alianza público privada, cuya prioridad será invertir en la transformación de la Red de Bibliotecas Comunitarias de Cali y de municipios vecinos.
Habrá que poner bien el ojo sobre esta iniciativa, para garantizar que la plática llegue a donde debe y no termine siendo otra campaña de publicidad sin impacto real sobre el problema. Y con mucha plata invertida en burocracia o perdida entre contratos.
Al acto asistieron la ministra de Cultura, Mariana Garcés Córdoba; el alcalde de Cali Rodrigo Guerrero Velasco; el gestor de la iniciativa Alfredo Carvajal Sinisterra, y representantes de las 22 empresas aportantes, algunos gestores culturales y uno que otro lagarto de coctel.
“El programa BiblioTEC –que reúne los componentes de bibliotecas, educación, tecnología y cultura– tiene como propósito, además de la modernización de la infraestructura física y tecnológica, contribuir a la creación de un portafolio de servicios educativos, culturales y de formación vocacional. Otro de sus objetivos prioritarios es la constitución de una red de aliados en los ámbitos académico y tecnológico, para alcanzar los niveles más altos posibles de calidad en la ejecución de los programas.” Altas esperanzas para un presupuesto limitado, si el proyecto logra ser implementado con eficacia estaríamos frente a un verdadero logro social. Esperemos que así sea.
Otras ciudades han logrado grandes cosas con sus bibliotecas, centros culturales y casas comunitarias en el pasado, léase Medellín, ojala Cali tome el buen camino y el buen ejemplo. Así esa platica no terminará engordando a unos cuantos devoradores de lo público y nuestros pobres lleguen a disfrutar de una oferta cultural seria en sus barrios.
Por otro lado me preocupa si existe o no una vinculación de grupos de líderes locales para participar con esta fundación en el desarrollo del proyecto. Ojala así sea y la comunidad vea beneficiados a quienes hace años vienen trabajando el asunto de la lectura.
El alcalde Rodrigo Guerrero aseguró que el desarrollo de Cali se logra con el trabajo mancomunado de los diferentes sectores sociales. Esta alianza, de acuerdo con el mandatario local, es un ejemplo de ese trabajo con una valiosa inversión que dará frutos para fomentar la lectura entre la población.
La iniciativa fue liderada por Alfredo Carvajal Sinisterra quien, reunió al sector público y a 22 empresas nacionales y extranjeras que se lucran del Valle del Cauca, para que impulsar este proyecto que pretende transformar la Red de Bibliotecas de Cali.
Según el empresario, “todos los socios donantes han manifestado su complacencia por considerar que la educación y la cultura ocupan una altísima prioridad en el concepto de la responsabilidad social empresarial, y han expresado una inmensa satisfacción por contribuir de manera concreta a estimular y rescatar el espíritu cívico, uno de los valores más sobresalientes de Cali”.
Educación para el civismo, pareciera que tan sólo quisiéramos pobres más corteses. Pero el impacto verdadero de una biblioteca se mide en la capacidad de infundir en sus usuarios el amor por el conocimiento y la disciplina en el aprendizaje para lograr acceder a una vida mejor, ya sea por profesionalización, educación técnica o proyectos personales. Ciudadanos no sólo más cívicos, sino también MAS EMPODERADOS. Conscientes de sus derechos y capaces de soñar lo imposible, capaces de lograr lo imposible.
Las empresas que ya se han vinculado a la iniciativa y están presentes como socios fundadores en la firma de constitución de la Fundación BiblioTEC son: Almacenes la 14, la Cámara de Comercio de Cali, Carvajal S.A., Cervecería del Valle, Colombina S.A., Colgate, Comfandi, Comfenalco, Grupo Coomeva, Epsa, Fanalca S.A., Gases de Occidente, Grupo DeLima y Socios, Harinera del Valle S.A., Incauca, Industrias del Maíz S.A, Ingenio Mayagüez, MAC S.A., Manuelita, Riopaila Castilla, Sidoc S.A. y Smurfit Kappa Cartón de Colombia.
“Es la primera vez, que tenga conocimiento, que un número tan amplio de entidades privadas se comprometen con un programa que implica desembolsos periódicos hasta llegar a la suma de 250 millones de pesos por empresa en cinco años, lo cual le va a permitir a la nueva entidad desarrollar un plan de acción de mediano plazo. A todas les agradezco por la confianza en el programa”, explicó Carvajal.
A ellos gracias por invertir en la cultura y ojala apliquen otro salario a proyectos similares. Otros 4 millones de pesos mensuales, por favor.
La misión de las bibliotecas comunitarias es amplia e integral. Efectivamente tienen el objetivo primario es el de la lectura, pero va más allá. Son lugares de encuentro donde se promueve un sinnúmero de expresiones culturales, que hoy en día con las nuevas tecnologías cumplen además propósitos impensables para la integración social y las competencias laborales.
De acuerdo con el manifiesto de la Unesco, las bibliotecas públicas son un “centro local de información que facilita a sus usuarios todas las clases de conocimiento. Proporciona información e ideas que son fundamentales para desenvolverse con éxito en nuestra sociedad contemporánea, basada en la información y el conocimiento. Proporciona a los alumnos competencias para el aprendizaje a lo largo de toda su vida y contribuye a desarrollar su imaginación, permitiéndoles que se conduzcan en la vida como ciudadanos responsables”.
Eso es fundamental para un país como Colombia, donde, según estudios PISA, 47% de sus estudiantes no tienen las competencias mínimas de lectura para desempeñarse como miembros activos de la sociedad y donde el colombiano promedio lee apenas 1,6 libros al año. Además, en el 50% de los hogares no hay libros.
La Red de Bibliotecas Públicas Comunitarias es un programa de inversión social de la Alcaldía de Cali, con poco más de 20 años de presencia difusa en los diferentes rincones de la ciudad. Donde han tenido que surgir iniciativas comunitarias que cubren las zonas de abandono de la administración. Su propósito fundamental es el de fomentar el hábito a la lectura, escritura y expresión oral en la comunidad. Esperemos que estos nuevos recursos le permitan no sólo mejorar las condiciones de las bibliotecas actuales, sino ampliar su impacto en la población pobre.
En 2011, la Red de Bibliotecas brindó servicios a cerca de 850.000 usuarios, en su mayoría a niños, jóvenes y familias en zonas de prioridad social, quienes no cuentan con este tipo de recursos de forma privada.
De acuerdo con la Fundación Carvajal, solo el 17% de las bibliotecas y centros culturales cuenta con equipos de cómputo en buen estado y tan solo el 27% de las bibliotecas tienen conectividad a una velocidad de 512 Kb. Las empresas de comunicaciones deberían aportar su granito de arena.
El 64% de las bibliotecas tiene problemas de infraestructura: techos, saneamiento básico, humedades, y estructura entre otros. “Las bibliotecas en Cali cuentan con una oferta de aproximadamente 260 mil libros, cuando debería estar cercana al millón de libros, según estándares nacionales”, dice la entidad.
A pesar de las limitaciones que tienen las bibliotecas y centros culturales, en los últimos cinco años, el porcentaje de usuarios creció en un 53,5%. O sea que la demanda aumenta y eso es positivo.