Vida Nueva
Por Héctor De los Ríos L.
(San Marcos 5,21-43)
Después de leer el Evangelio de este domingo tendríamos que dar otro paso y preguntarnos: ¿Quién es éste que hasta puede dar la vida? Jairo es un nombre para recordar y para imitar su fe. En su presentación Jairo aparece como un padre amoroso angustiado por la enfermedad terminal de su pequeña hija y dispuesto a hacer cualquier sacrificio por ella: “que se salve y viva’”.
Él tiene plena confianza en que Jesús tiene poder para sanar a su hijita y, no obstante ser una autoridad en la sinagoga, no vacila en rebajarse ante Jesús y suplicarle su favor. Jesús accede a la súplica de Jairo y se pone en camino hacia su casa.
Mientras Jesús se detiene un instante con la hemorroísa, “llegan de la casa del jefe de la sinagoga unos diciendo: ‘¡Tu hija ha muerto!’”. Pero Jesús lo escuchó y se adelanta a asegurar a Jairo de que ante la muerte de su hijita él tiene algo que hacer, a condición de que Jairo siga creyendo: “No temas; solamente ten fe”. Fe en que el poder de Jesús vence la muerte y da la vida.
Jesús llega ante la niña muerta y le da una orden: “Muchacha, a ti te digo, levántate”. Al instante la niña se levantó y se puso a andar, porque tenía doce años. La fe de Jairo en el poder de Jesús obtuvo la vida de su hija. Este episodio es un anticipo del desenlace final de la historia: “Llega la hora en que los muertos oirán la voz del Hijo de Dios, y los que la oigan vivirán” (Jn 5,25).