Vivimos día a día y en forma muy cercana el siguiente caso, no sólo con una entidad sino con muchas.
Con la apertura de las nuevas entidades por parte de Coomeva, ofrecieron en su página web cargos en varias áreas. Debido a la desocupación que actualmente vive nuestra ciudad, fueron muchos los que se inscribieron y llenaban los requisitos para estos cargos que ofrecían.
Después de muchos días, empezaron a llamar a las personas, para el primer filtro: Debían presentar un proyecto para el día siguiente, con muchos conceptos a ejecutar, con el fin de calificar el trabajo que se realiza a presión. Enviarlo vía email a las 8 a.m. y sustentarlo personalmente ese mismo día.
Después de varios días llaman de nuevo a las personas seleccionadas para el segundo filtro que es: Citarlas a presentar entrevista.
Al pasar una semana, llamaron otra vez para hacerles el tercer filtro: Examen sicotécnico.
Los que pasaron este examen, fueron llamados muchos días después para el cuarto filtro: Las pruebas sicológicas.
Pasados varios días y en espera de un mensaje, son llamados de nuevo para el quinto filtro de selección: Una entrevista con supuestamente la jefe.
Entusiasmados por el trabajo que supuestamente les van a dar, por pasar tantos filtros, por superar tantas entrevistas y exámenes realizados, estos desempleados detienen su búsqueda de empleo y sí los llaman de otra empresa, no aceptan otros cargos por estar esperando el SI de Coomeva “pues es una entidad seria, hay futuro y estabilidad”.
Después de mucho esperar son llamados de nuevo para el sexto filtro: Cita con el director.
Se sigue esperando con ilusión…….. y pasado el tiempo vuelven a ser llamados para el séptimo filtro: Cita con el Jefe Regional.
Ya supuestamente, esto es lo último después de tanta tensión, entrevistas, exámenes y pruebas. Y los seleccionados siguen esperando la “llamada.” Una llamada que diga fue aceptada o contaremos con usted en otra oportunidad. Pero esta llamada no se da.
Esa empleada que día a día se encargó de sacar tiempo de su jornada laboral para perder el tiempo, llamando uno a uno a los seleccionados para citarlos a exámenes, pruebas, entrevistas y demás, ¿por qué a esa misma empleada, sus jefes no le indicaron llamar a cada uno de los seleccionados que día a día pasaron las pruebas, para decirles NO FUERON SELECCIONADOS? Esto con el fin de que los desempleados que les ayudaron a llenar los requisitos, no siguieran esperando algo que no les iban a dar.
Que injusticia y que burla cometen las empresas o entidades con el desempleado creándoles falsas esperanzas y luego no tener la cortesía de hacerles una llamada para decir: Muchas gracias por su tiempo, pero su perfil no es el que buscamos.
Ahora con la apertura del TLC, ojalá esto no se vaya a volver una costumbre de las empresas, como se dice en el lenguaje popular “embobar” a los desempleados, hacerlos perder el tiempo, dinero en pasajes, en hojas de vida y no informarles que no fueron seleccionados.