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El Club San Fernando: De hito urbano a escombrera

Redaccion Caliescribe, 6 July, 2012

En la calle Quinta, la principal vía en el sur de Cali, los muros que durante varias décadas preservaron la seguridad a uno de los clubes más representativos de la ciudad, el San Fernando, hoy reflejan el abandono en que se encuentra  el lote que albergó esta institución, y las ruinas en que se  transformaron las sedes administrativa, social y deportiva.

Por Oscar López Noguera
Comunicador Social – Periodista de la Pontifica Universidad Javeriana de Bogotá,Ganador de 20 premios de periodismo, Corresponsal desde Cali para medios como NTC Noticias, Noticiero AM PM y Noticias Uno. Jefe de redacción y editor general de Noti 5. También ha trabajado con el noticiero 90 Minutos, Noticias CVN. Fue director de comunicaciones de la Universidad Icesi, y desde hace 6 años asesora la sala de prensa de la Pontificia Universidad Javeriana – Cali. Productor de vídeos institucionales y documentales.

El próximo 30 de Julio el lote en donde funcionó el club San Fernando se lo devolverán a los 50 socios que aún tiene su acción.

EL CLUB SAN FERNANDO: DE HITO URBANO A ESCOMBRERA

Por: Oscar Fernando López Noguera

En medio del underground y la apatía ciudadana, que en muchos casos, piensa que “esta historia fue el final infeliz de unos ricos que se quebraron”, permanecen uno muros, pintados con grafitis, y en otras áreas, invadidas por publicidad política, convirtiéndose en evidencias del final de una era en la ciudad.

Las ruinas del San Fernando, el Club de la Rivera, la venta del Club Cañasgordas, Arroyohondo. El escándalo del Club Tequendama que involucró a varios concejales. El cierre de salones sociales, fueron el epílogo para el auge de centros sociales, que en la década de los noventas. Con la denominada “crisis” en Cali, estos clubes presentaron una recesión, que se reflejó en la falta de pagos de muchos de los socios de estas instituciones. La cancelación de acciones. Las huelgas de empleados, los concordatos, hasta llegar el declive, de un estilo de vida, especialmente entre las familias de estratos 5 y 4 de esta capital.

Así finalizó el estilo de vida de muchos empresarios independientes y ejecutivos, que en los ochentas se beneficiaron de una sólida economía en auge en Cali, y quienes aunque no podían acceder a clubes como el Campestre, Farallones o el Colombia, contaron con su propio club, y sobre todo, una opción para su vida social. Esta vida, tras la denominada “crisis” se transformó en la inmigración hacia otros países o la cancelación, de días de club, por jornadas en los centros comerciales de Cali. Así muchos ex socios comenzaron a pasar el tiempo dándole vueltas a las plazoletas de los centros comerciales, en muchos casos, ante la falta de opciones de entretenimiento.

Por esta razón, detrás de estos muros que datan de 1941, año en que se construyó la sede, quedó derrumbado un estilo de vida de un club que era la mejor alternativa, para contar con un centro social que se caracterizó por su vida nocturna. Y que inmortalizó el maestro Lucho Bermúdez con su clarinete con la canción “San Fernando”, esa que bailan tíos y abuelos, haciendo trenes y ruedas gritando expresiones como “ueeeepa”, y que para muchos jóvenes, es un verdadero misterio, al escuchar en la letra con frases como “es el club más popular de esta tierra soberana”, y en dónde surgen interrogantes como ¿Cuál soberana?

LAS RUINAS EN  UNA CALI QUE PERDIÓ LA  CAPACIDAD DE ASOMBRO

En una ciudad en la que sus ciudadanos no advirtieron, en muchos casos, que ocurría con la moral, la pérdida del sentido de las proporciones, la decadencia el San Fernando, pasó desapercibida. Esta historia que comenzó en el Año 2000,  la institución entró en concordato por su situación económica. En el año 2005 comenzó el proceso de venta del lote por parte de la Junta Directiva, presidida por el señor Jaime Caicedo, no obstante la oposición de una gran cantidad de socios. En Octubre del 2006 se formaliza la negociación. Lo enajenan, y se modifica el Plan de Ordenamiento Territorial, por parte del Concejo Municipal, en una situación que quedó sin clarificar y juzgar y la que permitía hacer la negociación.

La persona que lo compró, Bernardo Pinzón, inicio allí el proceso de construcción de un centro comercial, que llevaría el mismo nombre. Así el Club San Fernando después de una vida activa de 78 años, fue demolido desde mayo del año 2007 a diciembre. Es decir ocho décadas de historia fueron derrumbadas en 7 meses. En su momento se presentó, que se construiría  un proyecto con 320 locales comerciales y  oficinas, así como salas de cine, hotel, gimnasio, casino, 1400 parqueaderos, plazoleta de comidas y un hipermercado, lo que se constituía en ese entonces, en una de las más ambiciosas propuestas en Cali.

En junio del 2008, los directivos del San Fernando interpusieron una demanda para el cobro ejecutivo de $2586 millones, de pesos, en atención que un cheque, resultó sin fondos. Desde el 3febrero del 2009 el lote quedó en manos de la Fiscalía, luego de un proceso de extinción del dominio y esta entidad estableció que el predio había sido adquirido con dineros del narcotráfico. El comprador, Bernardo Pinzón, fue asesinado en España. Y el proceso siguió en manos de las autoridades.

Más allá de las investigaciones en el proceso de venta del San Fernando, además quedo en evidencia que se cambiaron hasta las cifras de la negociación, El antiguo presidente Caicedo, indicó que se había  hecho en $22500000. Pero en la escritura, quedo establecida la venta por $18000 millones y se recibieron en pago abonos al bien, y que no estaban autorizados por la Asamblea.

EL DERRUMBE DE UNA INSTITUCIÓN

En la calle Quinta con carrera 36-A, no sólo se derrumbó un estilo social, también se demolieron el aporte y el talento, del ingeniero alemán José Moschner, y los arquitectos Edmond Cobo y Philip Mondineau, quiénes dirigieron las diferentes obras de construcción, y sus posteriores reformas, de uno de los hitos urbanos en diseño y sobre todo en un área urbana que se convertía en un pulmón en medio del avance y transformación de esta ciudad.

Hoy del antiguo San Fernando, quedan los muros y la tradicional portería. Adentro, no hay nada. El concreto desapareció en un elevado porcentaje. Quedan algunos vestigios de lo que fuera el polideportivo, que fue la última edificación levantada al interior del viejo club sanfernandino. Desde  el puente peatonal de la quinta, en virtud a que ingresar a lo que era el San Fernando está prohibido, se pueden observar en lo que fueron los salones Centenario, El Peñón, Granada, Normandía, San Antonio, Versalles, piscinas, canchas de tenis, spa, y toda una infraestructura que tuvo un servicio social, un parqueadero, en el que permanecen en promedio 750 vehículos diariamente, estacionados a sol y agua.

Dentro del proceso, quedan varios interrogantes acerca del porqué, en enero 19 del 2010, el entonces responsable de la Dirección Nacional de Estupefacientes, Omar Figueroa, ordenó emitir la resolución para entregar el lote a la corporación Club San Fernando, pero meses después, dicha entidad comenzó dilatar la decisión. En medio de la polémica, la Secretaría de Planeación Municipal canceló los permisos de esta obra, de adecuación del parqueadero, por no cumplir con el uso del suelo fijado en el Plan de Ordenamiento Territorial. No obstante, el área fue transformada con el paso de unos meses en parqueadero para vehículos embargados, un lucrativo negocio.

Hoy en lo que fue el San Fernando, hay un negocio “sobre ruedas”, 750 carros por los cuáles se cobran a bancos y entidades crediticias que los tiene en su poder, en promedio $14000 pesos diarios. Inmopacifico, la empresa que le alquilo este lote al señor John Alexander Mazorra, le cobra siete millones de pesos, y a su vez este señor subalquiló el lote a un tercero.

Para completar la suerte del lote seguiría teniendo otro tipo de desventuras. Ante la falta de escombreras en Cali , y tras el cierre de la que funcionaba en la Avenida Simón Bolívar, aledaña al barrio Mariano Ramos, el año pasado, este lote, según el señor Víctor Hernández, presidente de la Corporación Club San Fernando, señalo a CALIESCRIBE.COM: “el lote se convirtió en la escombrera de las obras de remodelación del Estadio Pascual Guerrero, en donde se recibieron el año pasado, todos los desechos de la obra civil, con el objetivo de cimentar los pisos, para servir como parqueadero. Por ejemplo, en lo que era las piscinas, éstas se taparon con escombros. Cosa similar ocurrió con el área de las seis canchas de tenis. En otras zonas como los salones, después de que fueron derrumbados, arrojaron otros desechos, y ampliaron el parqueadero de vehículos”.

Y añadió: “llegaron toneladas de lo que se removieron  en el estadio. Y además acabaron derrumbando algunas áreas. Nadie alcanza a advertir en que se convirtió este lote, prácticamente frente a toda la ciudad. Lo que fue un pulmón para la ciudad, termino en un botadero de escombros”.

EL SAN FERNANDO REGRESARA TEMPORALMENTE A SUS DUEÑOS ORIGINALES

Lo que estaba listo en el año 2010, que el club fuera entregado como “depositarios provisionales” a los antiguos socios, hoy esta adportas de volverse en una realidad.

La semana anterior se adelantó la  diligencia de desalojo de los arrendatarios y entrega material del predio a los socios, y que fue adelantado por la inspectora de Policía 19 de Cali, la Dirección Nacional de Estupefacientes y por la Policía, con el acompañamiento de la Subsecretaría de Convivencia y Seguridad de la Secretaría de Gobierno del Municipio. Los socios entrarán oficialmente el 30 de julio con medio de una inspectora de policía y les deberán entregar desocupado, el lote.

Paralelo a esta situación continuará el proceso legal. El juzgado 11 Civil del Circuito con base en proceso de reposición atenido a dos hechos, la nulidad absoluta por causa ilícita, porque supuestamente el Club San Fernando, fue adquirido con dineros de dudosa procedencia y en segunda instancia porque la resolución de contrato de compraventa por incumplimiento del comprador, argumentos que esgrimen los directivos de la Corporación Club San Fernando, deberá expedir un fallo al respecto…

El lote quedó así fuera del interés comercial  y a disposición de juzgado y de la Corporación Club San Fernando, como depositarios provisionales, mediante resolución de la Dirección Nacional de Estupefacientes, que entrega el inmueble, con la advertencia que tienen privilegios, los socios, sobre cualquier persona natural o jurídica, con iguales o superiores derechos sobre el inmueble. Es decir los antiguos propietarios, los socios, que siguieron cumpliendo con sus pagos de cuotas, no obstante el derrumbe y demolición de todas las instalaciones, tienen la prioridad para cualquier negociación del lote.

Por el momento, en esta Cali, de vértigo. A la que llegan en promedio diez desplazados diariamente. En una ciudad en la que los hitos urbanos han ido pasando al olvido. Los muros que protegían al Club  San Fernando, y que no fueron suficientemente fuertes, para evitar su destrucción, seguirán siendo el motivo de la nostalgia, de lo que fue y seguirán ahora como evidencia, de la expectativa de lo que podría ser una apuesta que tiene los antiguos socios de reconstruir sus instalaciones.

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