ZUMBAMBICO

Por Claudio Borrero Quijano.
Ingeniero Civil de la Universidad javeriana de Bogotá, Ex Secretario de OOPP Cali, Ex Concejal de Cali, Ex – gerente de Bienes inmuebles de Cali e historiador.
El legado de Ejidos, dispuesto testamentariamente con fines sociales (C.N. de 1886 – Art 36), ratificó lo dispuesto por la Corona Real Católica y Cristiana, otorgando derechos para el goce y disfrute del común de gentes a los ejidos de CALI, sin distingo de su etnia o estatus, igualdad que se extiende a los peyorativamente segregados como “plebe”, compuesta por la heterogeneidad racial, de indios prácticamente diezmados (“Ambichintes” con su Cacique “La Chumba” de Aguablanca), aborígenes, naturales (Resguardo indígena de San localizados en el ejido de la “Joya”, conocido hoy como sector deteriorado socialmente “La OLLA”), negros, mestizos, zambos, mulatos, todos a una con idénticos derechos a los productos de pan coger en el ejido.
Como siempre he manifestado la casta blanca de avaricia insaciable, ostentando certificados de limpieza de sangre, escudo de familia, árbol genealógico, y todas las zalamerías coloniales, impusieron sus abusos usurpando los ejidos de Santiago de Cali como si solamente ellos fueran los privilegiados, se aprovecharon del analfabetismo colectivo de la “montonera” que en su propia miseria los hacía tímidos. En el siglo XXI la ley actual favorece los derechos del colectivo, así que sin salirnos un ápice del marco legal se deberá reclamar con valor civil los derechos adquiridos, terminando el régimen contemplativo que hizo perdurable la prevaricación a granel de funcionarios y servidores públicos.
El desarrollo con justicia social deberá llegar, de lo contrario la convivencia será todos los días más inalcanzable, la inclusión social no es frase de cajón señores cacaos del Valle.