Por Oscar López Noguera
Las puertas del Club San Fernando al sur de Cali volvieron abrirse para que los socios que aún permanecen activos, recibieran sus instalaciones como “depositarios” y quedaron en evidencia varios años de un litigio judicial, que dejo a la ciudad sin uno de sus principales patrimonios ambientales, es decir, 24.400 metros cuadrados, que de ser un espacio rodeado por la naturaleza, en plena zona urbana, pasaron a convertirse en un parqueadero con 600 carros confiscados por procesos judiciales de corporaciones crediticias.
Hoy resulta dantesco el panorama que se pude apreciar de lo que fue el Club San Fernando. En lo que eran las piscinas fueron enterradas varias toneladas de escombros, que fueron trasladadas desde las obras de remodelación del Estadio Pascual Guerrero, denuncia que había formulado Caliescribe. com en la primera semana de julio anterior, con el objetivo de cimentar los terrenos, para que cumplieran con su “nuevo” servicio.
En la zona en que se habían sembrados frondosos árboles, que le ofrecían su sombra a las canchas de tenis, estos desaparecieron. En el lugar solo hay una vegetación creciendo en medio de los carros, que permanecieron dos años guardados en esta área.
En la zona en dónde estaban ubicadas las piscinas de niños, rodeadas de limonares, solo queda algunos vestigios. Pero al lado los carros decomisados, hacen muy rápido olvidar que este era uno e los “pulmones” de la ciudad. Tal vez el único que había logrado, permanecer sin resultar afectado por las fronteras del vertiginoso crecimiento urbanístico del barrio San Fernando
De la vegetación solo queda un samán que fue sembrado en todo el centro de las instalaciones hace más de 50 años y que pareciera permanecer erguido, en medio del abandono y la transformación de este espacio. Este árbol fue el púnico que no fue talado o afectado en este proceso de enajenación del bien inmueble
Una concepto legal de un giro al futuro del lote del Club San Fernando
Víctor Hernández, Presidente de la Corporación Club San Fernando Cali indicó:” Tenemos documentos que confirman que Fiscalía General resolvió, en una providencia, como procedente la acción de extinción de dominio. El Tribunal Superior Especializado en lavado de activos reconoció negativamente y ahora el proceso pasa al juzgado penal especializado en Bogotá, para que un juez con fundamento en acervos probatorios y proceda en derecho. Consideramos que pronto se dará providencia definitiva de extinción de dominio, del lote, en el que los socios estamos vinculados como afectados o víctimas”
Con esta entrega por parte de la Dirección nacional de Estupefacientes a los socios en calidad de “depositarios” del lote en donde funcionó el San Fernando, y en la medida en quese liquide la parte jurídica, el propósito de los miembros de la Corporación, es volver a darle “vida” al club, y buscar que en caso de que se falle la nulidad del proceso de compra de este terreno, quienes loa adquirieron respondan por todo lo que fue arrasado y en cancelen unas indemnizaciones, con las que el grupo de accionistas originales, podrían volver a rehabilitar este lugar, que en su momento fue uno de los patrimonios sociales y ambientales de la ciudad y que por factores en los que se han mezclado la crisis económica que enfrento la Cali de comienzos de los años noventa , un proceso administrativo complejo y lleno de polémicas y la falta de conciencia de una sociedad que no respeta su medio ambiente, hoy se encuentra arrasado.