La gran mayoría de los comuneros y los comunales tiene origen político, la relación tan poco amistosa con los cabildantes, indudablemente han deteriorado el desarrollo de la gobernabilidad de Cali. Por ello las reacciones públicas tan aireadas de los líderes de barrios, se dan cuando el Alcalde da “papaya”. A ambos actos, tanto de comunales y comuneros llegó muy tarde, y hasta con hora y media de retraso. Pero adicionalmente hablarle del MIO a muchos habitantes de los barrios de Cali, es recordarles la demora en sus viajes y el mal servicio que presta por su mal diseño. Y que decir que cuando el Alcalde ha hablado públicamente de Megaobras, los ciudadanos asistentes han reaccionado airados, no entienden ni entenderán ninguna ilustración sobre Megaobras.
En los consejos comunitarios que realiza la Administración Municipal en las diferentes comunas son de dialogo y concertación, pero allí solamente se tratan temas puntuales de los barrios y comunas, y no temas de ciudad. Por ello, no nos podemos engañar frente a una gran verdad: EL ALCALDE NO TIENE GOBERNABILIDAD CON LOS POLÍTICOS DE CALI y esto está afectando su relación con los pobres de la ciudad.
Lo cierto es que una es de “Cal y otra de arena”, pues es grato observar que Rodrigo Guerrero quiere mejorar las costumbres políticas del cabildo, degradado a través de los años a su mínima expresión, en donde solo conjugan una frase “Doy para que me des”, proverbio latino que encarna el principio de la reciprocidad en las transacciones. No ha querido entender ni entenderán los cabildantes, que el trabajo por la ciudad debe ser “cívico” y totalmente “transparente”. La mayoría de los Concejales siguen el “viejo” país, los nuevos buscando puestos no alcanzan a dar el debate, con una o dos honrosas excepciones.
Lo desagradable es que el Alcalde como candidato, se dejó enlazar del dúo Jorge Iván Ospina – Angelino Garzón, para recibir ese apoyo político del cual no ha podido salirse, Guerrero públicamente trata de cuidarle la imagen a su antecesor, ante la ciudad se esconden las irregularidades del gobierno anterior, olvidando que su compromiso es con todos los caleños, no solamente con sus electores. La ciudad nunca antes había tenido un problema de orden público como el originado por los transportadores, seguramente lo tendrá con los ciudadanos cuando salgan los fallos judiciales de las Megaobras y los problemas siguen vivos.
Guerrero debe enfrentar ambas situaciones, la política con el Concejo y la administrativa con el anterior gobierno de una manera pública. Llegó el momento de situar sus principios e ideas de frente a los ciudadanos y al Concejo; dejar que funcione el espejo retrovisor para que no le sigan endilgando desaciertos que no son suyos. Así sus gobernados entenderán que los problemas tienen otro origen y por ello puede darles solución. A mejorar ese 53% de ciudadanos que hoy lo apoyan en la ciudad, de no hacerlo el descontento podrá seguir creciendo y su gobernabilidad se volverá más precaria. Fortalezcamos la democracia, Alcalde.