Redacción ciudad
“En mi trabajo me desempeño mejor cuando tengo la oportunidad de soñar con algo mejor que los sueldos promedios de Cali y las nulas perspectivas que, en mi campo, ofrece el mercado. Así no encontramos nunca un norte como individuos. Ahora todos hablan de lo postmoderno pero eso es algo conceptual, meramente artificial. Aquí, un poco menos en Bogotá, estamos atrasados en la planta digital. No es que falten aparatos, es que no existe la intención entre los grandes capitalistas de la región en invertir en desarrollo tecnológico. Sin ésa inversión es imposible montar un mercado de los productos culturales, porque de entrada si usted hace una película le toca irla a revelar a Bogotá, por fortuna, porque antes tocaba mandarla hasta Argentina. 6 horas de vuelo entre usted y el lugar donde se revela el trabajo de años. Si la gente se viene a Bogotá a terminar sus películas, por ejemplo, de una vez se quedan acá para distribuirla y en menos de lo que uno piensa ya está instalado acá, con varias cosas andando al mismo tiempo. Ya es muy difícil volver”.
El anterior es el testimonio de Hernán Caicedo, realizador audiovisual y subsidiado del ministerio de educación, a través de una de sus becas de creación. Expone el papel del provinciano tratando de llegar a una mejor plaza, una que tenga todo el camino libre por delante para poder desarrollar su profesión al límite. La plataforma de trabajo, la búsqueda de mejores y más preparados colegas para ejercer y un medio ambiente adecuado para el crecimiento intelectual y el estudio de la profesión de alto nivel son las mayores excusas que se escuchan de los jóvenes vallecaucanos que terminan ejerciendo y produciéndole a la economía de otra región.
Hay otros que prefirieron intentar llevar sus carreras profesionales en la capital del Valle, aun dejando atrás ofertas laborales generosas. Camila Martínez, llegó el año pasado de Bogotá, tras terminar su especialización en ortodoncia en la capital de la república: “Mi desempeño después de la especialización es muy factible que se pueda potenciar en Cali. Por eso decidí regresar, además de que por cuestiones de personalidad prefiero la tierra que me vio nacer, porque en Cali hay un gran mercado alrededor de la belleza y la apariencia corporal. Una ortodoncia, fácilmente se extiende por 4 años y durante todo ese tiempo yo tengo ingresos fijos por paciente. Si logro abrir mi propio consultorio voy a ser dueña de mi tiempo y de mi dinero y como caleña te puedo ofrecer tratamientos de la misma calidad que en la capital. Ahora, entiendo que hay otras ramas de las ciencias de la salud, que sólo podrían estudiarse afuera, incluso en el exterior, pero en general, la mayoría de ellas tiene un futuro prometedor en Colombia. Acá un médico nunca se queja de falta de trabajo”
Se refiere Camila, al gran porcentaje de profesionales del sector de la salud que ejercen en la ciudad que los educó. Sebastián López acaba de terminar su 2 año de Especialización en Cirugía Plástica, Estética, Maxilofacial y de la Mano. Un préstamo otorgado por el Icetex, se suma a la millonaria inversión que su familia hace para poder costearle sus primeros turnos en la clínica de un amigo. “No es tan diferente el espectro de intervenciones que puedo realizar acá. Mucho de lo que me llega es producto de la violencia o de la simple vanidad. Ese último mercado está copado por completo, dicen que no tienen fin la fila de clientes, pero el falso, si bien se puede vivir más que decentemente, los clientes siempre vienen en un número limitado y uno se ve obligado a pelear con ofertas y demás. Pero eso es en todas partes, nuestros avances en instrumentación, adaptación de las clínicas y quirófanos a los estándares internacionales de calidad, nos ponen a la cabeza de muchas intervenciones, las cuáles cuentan con pioneros en estas tierras.”
Los emprendedores, esos pequeños empresarios que ven en el futuro las posibilidades de hacerse con su propia empresa: Fabián y Carlos Montero son un par de hermanos que se dedican al negocio de la creación libre de software. Empezaron en el laboratorio de medios de la universidad javeriana y ahora acaban de abrir un local en el norte de la capital de la república. Fabián es claro acerca de por qué se fue de Cali: “Dígame, en qué sectores voy a desempeñarme si no hay una plataforma digital que soporte el tipo de empresa que yo quiero montar. Y no hablo solamente de la planta física, sino también el personal que requiere monar la empresa”