Por Guillermo E. Ulloa Tenorio
El corredor Cali-Jamundí se proyecta como la próxima zona de expansión de la ciudad. La Secretaría de Infraestructura y Valorización ha expresado que la dotación de infraestructura requerida estará a cargo de los urbanizadores, quienes adquieren la obligación de dotar de servicios públicos, vías, zonas verdes, andenes, entre otros, interconectandose a los sistemas existentes de la ciudad. La inversión correspondiente a las obras serán asumidos por cada proyecto y los costos se recuperan en el precio de venta fijado para las unidades. Aunque este modelo ha sido probado exitosamente en los últimos polígonos de expansión, poco o nada se diseñó para dotar la infraestructura de movilidad y transporte masivo, dando como resultado una deficiente plataforma para la movilidad.
Los últimos planes parciales aprobados para el desarrollo de la margen izquierda de la vía panamericana son ejemplo claro de esta situación. Metrocali no tiene presupuestado nuevas adiciones en la troncal del sur y se vislumbra la necesidad de la construcción de otra estación para dar un apropiado servicio a los pobladores del desarrollo conocido como “Bochalema”. Este proyecto, una vez concluido, habrá generado una oferta adicional de aproximadamente quince mil unidades de vivienda, que fácilmente alojarán una nueva población aproximada de sesenta mil moradores. Sí a esta nueva población, le sumamos la población flotante que genera, no me equivocaría en estimar una población de setenta y cinco mil personas, equivalente a la que actualmente vive en los diferentes municipios colindantes del norte del Cauca.
El complejo vial que debe proyectarse en la intersección de la Vía Panamericana con el cruce hacia Puerto Tejada y la Carrera 122, debe contemplar una infraestructura que integre los sistemas de transporte intermunicipal, el tren de cercanías, el sistema de transporte masivo y que forma parte complementaria del proyecto de la administración Guerrero bautizado como “Corredor Verde”. Por ello, en la planeación de este nodo debe revivirse la imperante necesidad de una estación multipropósito que permita una movilidad organizada. La administración municipal, podría imponer la obligación a los urbanizadores en estimar un aporte por unidad construida y con esto contribuir en la inversión que una estación de esta naturaleza requiere, complementándose con los aforos presupuestales de Metrocali, la Nación, el Municipio y el Departamento. Mecanismo similar al que opera actualmente con EMCALI.
Aunque aun no se tiene certeza sobre la viabilidad y el funcionamiento del tren de cercanías es importante imaginar la inmensa posibilidad de poder transportar la considerable población que vivirá en las proximidades de este nodo en forma eficiente y rápidamente desplazándose entre el sur, centro, norte de la ciudad, la zona industrial de Yumbo y las demás poblaciones vallecaucanas que se conectan con el antiguo corredor férreo.
Un sistema de transporte integral situaría la ciudad en condiciones de alta competitividad con consecuentes beneficios de construir entre las diferentes zonas industriales del sur del valle geográfico proyectos de intercambio comercial e industrial entre los países de la cuenca del Pacifico. El desplazamiento cómodo, seguro y rápido, no solo de mercancías, sino de pasajeros, permitiría un mejor diseño y planificación de las zonas residenciales y los centros de producción al dar solución al limitante de movilidad y transporte.
Replicar el modelo de estaciones multipropósito en la nueva zona de expansión Cali-Jamundí y construir otra en el norte de la ciudad en zona limítrofe con Yumbo, no es utópico, es una necesidad de ciudad. Sí Cali fue recientemente incluida, por la prestigiosa revista Financial Times, en los primeros lugares de ciudades atractivas para la inversión, no podemos pensar en modelos arcaicos propios de nuestro subdesarrollo. Llegó la hora y el momento de proyectar la ciudad con sentido de modernidad y de visión futurista. No podemos detenernos en la problemática legal propia de la tramitología estatal, donde no se toman decisiones en virtud de una independencia interinstitucional, sean entidades de los órdenes nacionales, departamentales o municipales. Cali, precursora de la independencia, tiene espíritu emprendedor e innovador.
La administración municipal es la llamada a liderar este proyecto, de impacto regional y nacional, diseñando alternativas de inversión, sean publicas, privadas o de economía mixta. Podría inclusive encargarse a Metrocali de ser el promotor y operador logístico complementando el tema de movilidad con un proyecto de repercusión nacional, estableciéndose y consolidándose como referente en sistemas de transporte y movilidad.