Por Guillermo E. Ulloa Tenorio
Economista de la Universidad Jesuita College of the Holy Cross en Estados Unidos, diplomado en alta dirección empresarial INALDE y Universidad de la Sabana. Gerente General INVICALI, INDUSTRIA DE LICORES DEL VALLE, Secretario General de la Alcaldía. Ha ocupado posiciones de alta gerencia en el sector privado financiero y comercial.
El año pasado y a raíz de la construcción del almacén PriceSmart de la Avenida Cañasgordas, destacados y leídos colegas de opinión de la ciudad expresaron motivos de preocupación e insatisfacción por la mencionada obra. Se escucharon críticas a la protuberancia de la edificación, cuestionaron, poniendo en duda, el cumplimiento de normas urbanísticas, de movilidad y presagiaron problemas de evacuación de aguas lluvias de la zona aledaña a la edificación.
Sí bien es cierto, el edificio no era concursante en diseños arquitectónicos, la multinacional ha quedado en deuda con la comunidad en compensación por el adefesio y falta de diseño acorde a su elegida ubicación. Podría contribuir en siembra de árboles, mejoramiento del entorno y quizás embellecimiento de la fachada con algún diseño ambientalmente amigable como modernos jardines colgantes.
Como vecino del sector, hago una respetuosa sugerencia para mejorar la estética del galpón ahí construido.
Siguiendo con la sana crítica a las edificaciones propias de la expansión comercial, hoy debemos ocuparnos de la modernización del centro comercial insigne del sur, UNICENTRO. Su rediseño interior quedó en deuda con tantos elementos propios de la ciudad como la brisa caleña vespertina. Las corrientes de aire, típicas de los predios colindantes con el Río Meléndez, fueron cercenadas al elevar la altura de los pasillos, se perdió el diseño tropical y el disfrute de la frondosa vegetación arbórea, que originalmente se proyectó. Por esta razón, la agradable, típica temperatura ambiental caleña del lugar se ha incrementado, incomodando sutilmente al visitante comprador. Pocas bancas y lugares de descanso se diseñaron. Se sobrepone el criterio comercial de motivar al transeúnte a la compra y no al esparcimiento. Infortunadamente y en razón a la carencia de zonas y parques de vecindario en las ciudades, los centros comerciales se han convertido en espacios de encuentro, disfrute y convivencia ciudadana. Sus re – diseñadores deben tener en cuenta esta realidad urbana contemporánea.
UNICENTRO, respetado y querido por los caleños, modificó sustancialmente el diseño original del urbanizador Pedro Gómez. Fue transformándose de un conjunto de edificaciones coexistiendo con el paisajismo urbano, diseñados para embellecer el entorno, amigables ambientalmente, en moles de concreto, vidrio y ladrillo que claramente rinden culto al interés lucrativo del comercio.
La nueva edificación sobre la Avenida Pasoancho es un desafío a la caleñidad. Su protuberancia, al igual que su altura, irrumpen en forma agresiva la visual y uniformidad de los edificios vecinos de Multicentro, que habían dejado una holgada separación de antejardín que embellecía la Avenida.
En su diseño y posterior construcción, el centro comercial taló más de treinta arboles en edad madura que proporcionaban sombra a sus parqueaderos. La norma obliga a resembrar, en compensación, un número entre cinco y diez por cada árbol sacrificado. Sí aún el centro comercial no se ha ocupado de ello, se podría sumar al esfuerzo conjunto del Club Campestre y la CVC para sembrar especies nativas en la cuenca del Río Meléndez, su río colindante y así proteger la deforestación que afecta la fuente hídrica.
Es claro que no existió aprovechamiento ni doblegación de la norma. Las autoridades municipales, en el estricto sentido de su función, concedieron los permisos basados en el Plan de Ordenamiento vigente, el cual cumplió doce años de su incorporación, sin haberse modificado ante el crecimiento y desarrollo de la ciudad.
Infortunadamente Cali viene perdiendo arquitectónicamente en el diseño de sus construcciones. Pareciera que la comunidad, la opinión y la academia estuvieron dando la espalda al tema de la arquitectura como el arte de embellecer el entorno. La ciudad, su entorno, la nobleza de su clima tropical merecen un privilegiado lugar cuando se diseñan edificios y amoblamientos urbanos. No podemos continuar construyendo esperpentos, cuando la naturaleza nos ha dado tanto, a tan bajo precio.
¿Cómo va a resarcir el comercio este atropello arquitectónico? Los oídos de la comunidad escuchan atentamente y una respuesta analítica de las autoridades y los arquitectos Caleños.