La falta de civismo de algunos caleños es notoria y más cuando se trata de respetar las estatuas y símbolos de la ciudad. En la estatua del fundador de la ciudad Sebastián de Belalcazar no es extraño que algunos se suban, sin ningún tipo de vergüenza al monumento, y que incluso jueguen haciendo malabares con su estructura.
Pero lo más grave es que nadie les llame la atención y lo peor que no haya autoridad alguna que haga respetar este símbolo caleño.