*Ana Lucia Arango M
Economista
La mendicidad es un fenómeno asociado a la pobreza, la indigencia, el desempleo, la miseria, en fin a la falta de los recursos necesarios de una gran parte de la población para poder subsistir. La mendicidad es el mayor estado de DEGRADACIÓN en la que puede caer un ser humano.
Antiguamente la mendicidad estaba restringida a personas con impedimentos físicos y se concentraban en la puerta de las iglesias a pedir limosna "por amor a Dios" de ahí que se los llamaba "pordioseros".
El desplazamiento forzoso, el desempleo, la droga y la crisis económica han provocado en los últimos años un crecimiento de la mendicidad, siendo ahora los niños los protagonistas más importantes. En las principales ciudades vemos por la calle una cantidad alarmante de personas en situación de indigencia que acuden al llamado rebusque y a la mendicidad para poder sobrevivir. Es sumamente alarmante el fenómeno de los niños de la calle, que insólitamente se ha convertido en cotidianidad y que los ciudadanos miramos en el mejor de los casos con impotencia, compasión o indiferencia, cuando no con desprecio, cólera o repulsión, hacia los mismos niños.
Un informe presentado por el Dane- 2012, en Cali se encuentran 48.000 menores de edad trabajando. Cali es la tercera ciudad del País en donde se encuentra mas niños trabajando. Los menores entre 5 y 17 años de edad: 28.000 realizan oficios diferentes al hogar y 20.000 están en trabajos domésticos.
En la Universidad del Valle se realizó un estudio con el siguiente resultado: un semáforo cambia a rojo cada 30 segundos. Por cada minuto, un mendigo tiene 30 segundos de tiempo para recoger siquiera 100 pesos. Seria entonces un ingreso de $6.000 hora, 48.000 por jornada de 8 horas, 1.152.000 pesos mensuales, trabajando de lunes a sábado. Por eso las personas que no tienen hábitos de trabajo eligen la mendicidad como el camino más fácil de conseguir dinero para su sustento.
La falta de acceso a la educación, salud, nutrición, vivienda, servicios urbanos y oportunidades de trabajo, son visibles en los rostros amargos de los mendigos, las opciones son nulas y la vergüenza o la pena ya no tienen cabida en el mundo callejero de los mendigos.
La pobreza es un problema social en pleno crecimiento, las calles de las ciudades albergan a diario a miles de hombres y mujeres, niños, ancianos y discapacitados de mínimos recursos económicos, que se lanzan a las calles a mendigar para poder sobrevivir.
Fechas como la que actualmente esta viviendo nuestra ciudad los “World Games” multiplica el número de menores de edad que desde zonas rurales o suburbanas incrementan los grupos de mendigos.
Las calles y avenidas principales se han convertido en escenarios donde el ciudadano común es testigo de dramas de la pobreza, algunos conmovidos, otros con indiferencia, otros impotentes, porque el ciudadano común tampoco tiene una realidad diferente.
El gobierno debe promover en sus programas y proyectos de educación, salud, derecho, desarrollo, seguridad social, etc., coberturas, asignaciones o fondos para abordar la mendicidad como problemática social. La pregunta continua, ¿qué hace el gobierno mientras más de la mitad de su población es pobre y un gran número de ellos mendigan en las calles?.
El Estado y la sociedad deben elaborar y ejecutar politicas, planes, programas y medidas de proteccion tendientes a erradicar el trabajo de los niños, niñas y de los adolescentes, y la familia debe contribuir al logro de este objetivo.
Es necesario que todos nosotros tomemos conciencia de lo que significa la mendicidad, puesto que en la mayoría de casos las personas adultas y niños que están mendigando son obligados por mafias e incluso por sus propias familias, por lo que debemos poner a consideración el atropello que se esta realizando en contra de estas personas y niños .
No demos limosna, de esta manera la gente que esta detrás de todo esto probablemente dejen de explotar a los niños, niñas y adolescentes.