Editorial
Se inicia el nuevo año y desearíamos que Santiago de Cali superara los problemas estructurales de inseguridad, desempleo e informalidad, buena educación, mejor salud, defensa del patrimonio, espacio público y el municipio recupere la viabilidad económica y financiera, en relación al cumplimiento de todas sus obligaciones y deberes, especialmente frente al transporte masivo MIO, recuperación de la malla vial y el plan de Megaobras de valorización.
Soñemos en que Cali entrega los primeros lugares en: Violencia del país con las 2.001 personas asesinadas irregularmente y la cifra de desempleo e informalidad que ronda por el 70%
Soñemos en que Cali entrega los primeros lugares en: Violencia del país con las 2.093 personas asesinadas irregularmente y la cifra de desempleo e informalidad que ronda por el 70%, lo que debe ser una esperanza de nuestros gobernantes y de todos los ciudadanos, para que de esta manera podamos proyectarnos como una ciudad modelo en el mejoramiento de la calidad de vida.
La paz de Colombia no es solamente la firma con los grupos alzados en armas, nuestros Alcaldes tienen el deber constitucional de garantizar la paz en su jurisdicción territorial y con todos los ciudadanos. Por ello en Cali, se debe trabajar sobre una verdadera paz social, que conduzca a un bienestar colectivo y de largo plazo.
El Alcalde Rodrigo Guerrero en este año deberá decirnos la verdad de lo que acontece en el Municipio de Cali. Que no espere cuando los jueces o los usuarios del MIO, lo obliguen a dar un informe real sobre la situación del Municipio y así entendamos que nos tocan mínimo cinco (5) años de sangre, sudor y lágrimas. Nuestro desfase económico producto del MIO, malla vial y de Megaobras supera los $3 billones y la inviabilidad por atender el sector educativo y de salud requiere de una inversión igualmente superior a $1 billón.
Soñar para que nuestros hijos tengan oportunidades de estudiar con una mínima calidad educativa y de salud
Soñar para que nuestros hijos tengan oportunidades de estudiar con una mínima calidad educativa y de salud, no entren a participar de la cultura violenta e intolerante que legan las familias y los entornos sociales, convirtiéndose en pasivos o activos miembros de las pandillas juveniles, de esta manera rápidamente ingresen a las actividades delincuenciales y en consecuencia sean asesinados, encarcelados o convertidos en ciudadanos de tercera categoría. Estos deben ser propósitos de ciudad.
Estos sueños no son imposibles de lograr, el punto de partida le corresponde al líder natural de los caleños, como es el Alcalde de la ciudad, para tener la decisión de transformar nuestra sociedad y no simplemente mantener un statu quo, de liderazgo personal, buenas relaciones empresariales, gremiales y sociales, dejando por fuera la gran masa ciudadana.
Debe leer las encuestas que libremente indican que la ciudad no va por buen camino. Para ello, debe convocar la unión de los caleños, con el propósito de derrotar los violentos, armar de espíritu cívico a todos los ciudadanos para que podamos entender un nuevo amanecer, que nos motive y obligue a trabajar juntos por las causas colectivas por el bien común.
Cambie los paradigmas que no nos dejan progresar suficientemente y que mantienen a la comunidad en la desesperanza
Rodrigo Guerrero tiene jerarquía para que en cumplimiento del estado social de derecho y la doctrina social de la iglesia, cambie los paradigmas que no nos dejan progresar suficientemente y que mantienen a la comunidad en la desesperanza. Lo mínimo que le se puede pedir a un gobernante es que nos administre con justicia y equilibrio, para que tenga la convocatoria, en la ejecución de un programa masivo y de ciudad, que se puede resumir en una sola frase: LA PAZ DE LOS CALEÑOS.