Por Moises Banguera Pinillo
Cuando alguien quiere ganar ínfulas para dimensionar su crecimiento personal, con destellos hace alarde de haber nacido en el pacifico colombiano; También cuando necesitan votos, cuando suena el Petronio alvarez, cuando retumba Herencia, Socavón o cualquiera de los grupos artístico con música autóctona, con bombos y platillos dicen yo soy pacifico; cuando hablan del mar del futuro, necesitan hacer alianzas comerciales o visionar la Colombia del futuro, ahí todos son pacifico colombiano.
Sus montañas con árboles naturales y con clima prodigiosos se derrumban por la acción depredadora del comercio de la minería ilegal, por la conservación y/o supervivencia de los habitantes de la zona o por el simple abandono de la dirigencia local, regional y nacional.
Sus ríos caudalosos, cristalinos y profundos son cuentos del pasado en las zonas habitadas y, los que aun existen en las zonas alejadas, poco habitada se desperdician por el cambio de cultura del campesino que en busca de aquella equivocada civilización, cambia la hermosura de la naturaleza por el bullicio, la rumba, el comercio, la prostitución en la zona urbana o rivereña.
Los centros urbanos con características de puertos, como Buenaventura, Tumaco, Guapi y Timbiquí solo son atractivos por los grandes recursos que se manejan en la explotación del oro, el comercio y cultivos ilícitos, pero no crecen ni mejoran su infraestructura, ni sus indicadores sociales. Se encuentran rodeados de agua y por sus grifos sale una gota cuando llueve; las aguas negras corren por las viejas zanjas que a pulsos hicieron nuestros abuelos. Lo triste es que en las ejecuciones presupuestales de vigencias anteriores se han destinados grandes recursos que al parecer privilegiaron el bolsillo de unos pocos al interés del desarrollo de esas comunidades.
No es posible que Buenaventura y Tumaco se muestren al mundo con las viejas casitas zanconas, de madera y con cartón que siempre muestran por la Televisión, no puede ser que el hospital central del pacifico permanezca en crisis sin tregua; tampoco puede ser posible que San Cipriano un espectáculo del mundo se llegue por una especie de transporte que niega la existencia de sus aguas cristalinas, del verde de sus montañas y de la armonía de sus pájaros. Que envidia cuando uno llega a la Costa Atlántica y cada pedacito lindo de la naturaleza lo convierten en un atractivo turístico capaz de generar ingresos a sus habitantes.
El transporte para moverse por el pacifico es una odisea. Tantos años para que en varios tramos de la vía al mar se encuentre doble calzada, la movilización a los llamados centros turísticos de Juan Chaco, Ladrilleros etc. es un sacrificio, inseguro y costosísimo. Para viajar hacia la Costa Caucana aun existen los viejos barcos de cargas, donde el pasajero vive como animal las 14 o 20 horas de crucero; cuando se tienen recursos se viajan en lanchas rápidas o en aviónes a costos elevadísimos y con el peligro de ser atracados en esteros o en altamar.
Siendo la zona más pobre en ingreso perca pita de Colombia, se consume la gasolina más cara del mundo $ 13.000 por galón, un plátano flaco y lánguido $ 1.000. Ojala el DANE se convierta en el enemigo del gobierno y haga la encuesta por la zona pacifica y, encontrará que el costo de vida anual está por encima del 30%.
Mi intención no es hacer de esta tristeza una novela reivindicatoria ni una apología a la forma de vida de mis coterráneos. Ahora que estamos en elecciones, cuando el pacifico es la puerta del futuro como lo pregona nuestro tramposo presidente, quien no le tiembla la boca para hablar del pacifico, pero le da pena formalizar la Alianza del Pacifico en Buenaventura y, brindarle camarón y pescado de nuestras aguas al presidente de México; hoy que todos los dirigentes en público pregonan que el Puerto de Buenaventura mueve el 50% de la carga del País, responsable de pertenecer al triangulo de oro que mueve el 70% del Producto Interno Bruto de la Nación, que Tumaco y Guapi serán los puertos alternos para unir el Pacifico con las otras regiones.
Cabe la pregunta del millón. Quien podrá insertar el pacifico a la Colombia real?. Quien podrá ser el Leopoldo Lopez para enfrentarse al régimen?. Quien podrá espantar los politiqueros que se carcomen el presupuesto de esta región?. Quien podrá hacer el milagro de romper con el paradigma que el pacifico es solo ríos y montañas y, convertirlo en una costa con los mismos privilegios turísticos, económicos, presupuestales, infraestructura y de desarrollo como Barranquilla, Santa Marta y Cartagena?. Para lograrlo se necesita de una revolución pacífica en todos los campos que tenga como eje central el desarrollo sostenible del ser humano, con grandes inversiones que paguen la deuda de más 500 años de historia y, una transformación profunda y sin fronteras en los paradigmas de sus habitantes y de nuestros dirigentes