
Por Guillermo E. Ulloa T.
A principios del siglo pasado, en el año 1917 el Concejo Municipal de la ciudad en justicia a la ausencia de un escenario para presentar producciones culturales tomó la iniciativa de conceder a la ciudad un escenario apropiado para este tipo de actividad. Fue así como el Departamento del Valle del Cauca permutó unas propiedades, incluyendo una casa lote, albergue de enfermos de lepra, totalmente abandonada donde posteriormente se construyó la joya cultura que hoy conocemos.
Al año siguiente se dio inicio a la obra culminándose nueve años después en 1927. Su arquitectura evocando el clasicismo italiano fue encomendada a la firma de ingenieros Borrero & Ospina, reconocidos por la construcción del edifico Otero y el hotel Alférez Real, entre otros. Para su inauguración se presentó la obra “El Trovador” de Giuseppe Verdi. En los ochenta y cinco de vida ha sido remodelado en varias ocasiones y desde hace diez años lleva orgullosamente el nombre del hijo prodigioso caleño, dramaturgo, director y ensayista, Enrique Buenaventura.
La actual administración municipal y la dirección del teatro, a cargo de Juliana Garcés Salori, con gran compromiso, entusiasmo y amor caleño han recobrado la glamorosa vida del escenario más representativo de la ciudad. Juliana se ha responsabilizado del teatro como si fuera su propia casa. En el año y medio que lleva bajo su dirección revolcó y derrotó la desidia e indolencia hacia la cultura que había prevalecido por muchos años.

Empleó exitosamente la Ley de Espectáculos Públicos para dotar el Teatro Municipal con una sala alterna. Hoy el teatrino es una realidad. Tiene una capacidad para 200 personas y ofrece los más estrictos estándares de comodidad y acústica.
En el recinto mayor ha reivindicado el legado de los bellos adornos, lámparas, bronces y trípticos luciendo nuevamente su encanto y esplendor. Se ha recuperado el invaluable archivo histórico fotográfico de cientos de artistas que en alguna ocasión brindaron con su genialidad al culto y alegre publico caleño. Algunos de estos elementos autografiados por leyendas de renombre internacional, hoy lucen enmarcados y fijados en las paredes de los corredores para apreciación del público asistente. El mantenimiento impecable de silletería, pisos, camerinos, alfombras y cortinas es tarea inalterable para comodidad de espectadores y usuarios.
La inagotable energía de su directora se percibe en las actividades culturales que se proyectan en forma permanente y sostenible. Su bajo perfil contrasta con la explosiva y laboriosa personalidad que se percibe cuando asume con orgullo, cariño y entrega tareas para brindar espacios educativos, culturales, lúdicos y recreacionales proyectados hacia la infancia y juventud con el fin de estimular creatividad y talento innato de futuros artistas.
Como estímulo, apoyo y fortalecimiento a la actividad teatralha suscrito convenios de cooperación con entidades como el Banco de la República, Teatro Mayor Julio Mario Santo Domingo, Instituto Departamental de Bellas Artes, Escuela de Artes Integradas de la Universidad del Valle, Asociación para la Promoción de las Artes- Proartes-, Alianza Colombo Francesa, Asociación de Titiriteros del Valle, Centro Cultural Colombo Americano, Comfandi, Laboratorios JGB, Fundación Tamborimba y Valle en Danza.
La pérdida para el Departamento del Valle de esta funcionaria, como Directora de la Biblioteca Departamental, es ganancia para el Municipio, con realizaciones que en poco tiempo ha ejercido bajo su liderazgo en beneficio de la cultura.
Hoy el Teatro Municipal luce la cara amable que proyecta caleñidad.
@geulloa
