Por Humberto Giratá
El estudio 'Impactos Económicos del Cambio Climático', elaborado por Planeación Nacional con el apoyo del BID y la CEPAL, muestra que Colombia debe planear su desarrollo sin omitir las consecuencias de este fenómeno y, por lo tanto, se debe adoptar una visión prospectiva frente al cambio climático.
Según el estudio, "si bien los cambios pueden darse de forma gradual y silenciosa, el análisis hasta finales del siglo muestra que las pérdidas económicas serían significativas, si no se toman acciones oportunas. El efecto del cambio climático podría generar pérdidas permanentes del PIB, hasta finales del siglo, que acumuladas serían equivalentes a perder cerca de 4 veces el PIB de 2010".
Se analizaron los sectores transporte, forestal, ganadería, agricultura y pesca. También se evaluó el impacto sobre tres cuencas estratégicas para recurso agua y especies nativas relevantes para el biocomercio como plantas medicinales.
El estudio hace varias recomendaciones generales, a saber:
1. Mejorar el conocimiento sobre las relaciones entre el clima y la productividad de los sectores fortaleciendo la capacidad de las entidades públicas para capturar, procesar y disponer información climática, ambiental y sectorial, para construir sistemas de información apropiados a fin de gestionar riesgos asociados al clima. Asimismo, promover la investigación y la generación de conocimiento sobre los mecanismos costo-eficientes para lograr la adaptación.
2. Promover el desarrollo económico de los sectores fortalece su capacidad de adaptación y reduce los posibles impactos de fenómenos climáticos. Es el caso de la población que se dedica a la pesca artesanal quien reduciría su vulnerabilidad con la creación o fortalecimiento de asociaciones pesqueras o acuerdos comunitarios de pesca. Otro caso es el del sector transporte donde el desarrollo de modos complementarios pueden potenciar el efecto red reduciendo los impactos sobre la operación del sector.
3. El desarrollo económico debe ir de la mano de la gestión ambiental a fin de asegurar su sostenibilidad. La planeación del desarrollo debe considerar la conservación de estructuras ecológicas principales, para que los ecosistemas provean servicios que reduzcan la vulnerabilidad de la población y la economía. El caso de las tres cuencas analizadas ilustra la necesidad de fortalecer la gestión ambiental del recurso hídrico de la mano del desarrollo sectorial para reducir pérdidas en los sectores de generación eléctrica y agropecuaria. El sector agrícola, el forestal y el ganadero deben implementar programas de manejo sostenible del recurso hídrico, sistemas agro-forestales y silvo pastoriles para proveer condiciones adecuadas para la producción manteniendo el balance en los ecosistemas.
4. Es fundamental generar procesos de ordenamiento territorial desde la mirada del cambio y la variabilidad climática. Por ejemplo, para el sector forestal la clasificación agro-ecológica del territorio a la luz del cambio climático podría identificar áreas potenciales para el desarrollo del sector. De otro lado, la identificación de zonas de riesgo por desastres de origen climático debe ser un insumo para las políticas de ordenamiento territorial.