Editorial
Colombiano tiene un plan de desarrollo orientado a asumir la guerra frontal por el desarrollo social
Las negociaciones con las FARC en La Habana avanzan, pero no lo suficiente, con el ELN no arrancan, con las bandas criminales no hay interés estatal y la verdadera paz que es el mejoramiento de los indicadores de pobreza, miseria, educación, salud, empleo, etc., Colombia no tiene un plan de desarrollo orientado a asumir la guerra frontal por el desarrollo social, por ello la verdadera paz en Colombia no se vislumbra en un horizonte cercano. Pero frente al tema de la paz, Uribe no se puede quedar por fuera de los diálogos.
Con las FARC mientras no se defina si hay Asamblea Constituyente o no, el tema del indulto o la amnistía previa calificación de los crímenes de lesa humanidad, todo lo concerniente a víctimas y reparación, entrega de armas, ocupación de la guerrilla después del acuerdo, etc., no hay un horizonte despejado en las negociaciones. Menos aun con las declaraciones periódicas de Timochenco que demuestran las dificultades de los diálogos de Cuba.
Con el ELN Ejército de Liberación Nacional, el inicio de conversaciones sigue enredado según las últimas declaraciones de Nicolás Gabino, situación que obliga al gobierno a profundizar las preliminares y a esta Guerrilla, tiene la obligación de entender el momento y la oportunidad política, con el respaldo mundial.
El ejército de cientos de miles de jóvenes en la delincuencia robando carteras, celulares, etc., tiene que estar en la negociación
El ejército de cientos de miles de jóvenes en la delincuencia robando carteras, celulares, etc., tiene que estar en la negociacióndel gobierno con los ciudadanos. Para esta circunstancia no hay alternativa para el Presidente Santos de declararle la guerra a la pobreza, a la miseria, educación, la salud y al desempleo. Este hecho debe arrancar cuanto antes y no esperar las generales frases del posconflicto. El Congreso de la República debería liderar en el Plan Nacional de Desarrollo que se empieza a debatir esta semana para su aprobación, la modificación de su enfoque, para que se le declare la guerra a la pobreza, a la mala educación y al desempleo. Somos más de 30 millones de colombianos que sufren de este problema.
La oposición en un régimen democrático es necesaria, pero la Paz con Uribe en estos momentos que es bandera del gobierno, debe hacerse bajo unos acuerdos generosos de Juan Manuel Santos y del mismo ex Presidente, en razón a que no tiene sentido imponer la Paz con la guerrilla, sin tener en cuenta la mitad del pueblo Colombiano.
El Congreso tiene la palabra
Nuestra Nación mantendrá sus indicadores sociales críticos a nivel Internacional y de América Latina, si no asumimos un desarrollo de largo plazo, donde haya aspectos comunes que satisfagan a la gran mayoría de los colombianos, por ello la verdadera Paz es completa. El Congreso tiene la palabra.