Por Luz B. Jiménez/Pablo Borrero
Existe el propósito de privatizar a EMCALI iniciando por la escisión del componente de TELECOMUNICACIONES de las demás unidades de negocios, decisión que conlleva al despojo del patrimonio público de la empresa, lo cual no redundará en beneficio de los usuarios ni de los trabajadores como ha quedado demostrado con otras experiencias, ya que la finalidad del sector privado es disminuir costos y maximizar las ganancias obteniendo utilidades en corto tiempo.
La no modernización de la empresa ha colocado a EMCALI y en particular al componente de TELECOMUNICACIONES a competir en desigualdad de condiciones con otros operadores de los servicios públicos como CLARO que se ha ido apoderando del mercado desplazando a nuestra empresa.
La alternativa de solución para EMCALI no puede pasar o limitarse a entregarle a un socio privado o púbico el control y el manejo de dicho componente. En este caso es necesario tener en cuenta las experiencias con algunas empresas del Estado como la de energía de Bogotá que vendió gran parte de su patrimonio por debajo del costo de oportunidad generando grandes excedentes a la transnacional que adquirió los derechos. Así mismo lo sucedido con ECOPETROL que inicialmente vendió una parte de la refinería de Cartagena y posteriormente la adquirió por un mayor valor, sin que el particular hubiera modernizado la planta.
En el caso de EMCALI se impone necesariamente en favor del buen gobierno un cambio en la estructura de su junta directiva, nombrada en su mayor parte por el Alcalde de la ciudad al igual que el gerente de la empresa, imponiéndose de esta manera un régimen autocrático y clientelista en favor del mandatario de turno y del movimiento o partido político que lo lleva a la Alcaldía.
La escisión del componente de TELECOMUNICACIONES generará un despido colectivo de trabajadores que afectará el buen funcionamiento de esta unidad de negocios y la prestación con calidad del servicio.
La posible concesión del acueducto a particulares y su división por zonas hace parte del proceso de privatización a los cuales se oponen los usuarios con las consecuencias que ello implica, desde el punto de vista tarifario tal como sucede con la prestación del servicio de recolección de basuras que resulta muy oneroso en la ciudad.
La obligación de EMCALI de construir las redes de servicios de acueducto y alcantarillado para atender los nuevos desarrollos urbanísticos en el corredor Cali-Jamundí, traerá como consecuencia el aplazamiento en materia de reposición de redes en los barrios tradicionales que de tiempo atrás reclaman por un mejor servicio.
Es insólito que la Superintendente de SP pretenda ordenarle al Concejo de Cali que apruebe la escisión del componente de telecomunicaciones del resto de unidades de negocios, porque ni la empresa está intervenida, ni el concejo de Cali es subalterno de dicha funcionaria ni telecomunicaciones es competencia de esa entidad. Cualquier decisión que se pretenda tomar en relación con EMCALI y sus componentes, debe ser CONSULTADA a los ciudadanos.
VEEDURIA CIUDADANA POR LA DEMOCRACIA Y LA CONVIVENCIA SOCIAL