Por Guillermo E. Ulloa Tenorio
Economista de la Universidad Jesuita College of the Holy Cross en Estados Unidos, diplomado en alta dirección empresarial INALDE y Universidad de la Sabana. Gerente General INVICALI, INDUSTRIA DE LICORES DEL VALLE, Secretario General de la Alcaldía. Ha ocupado posiciones de alta gerencia en el sector privado financiero y comercial.
La ciudad registra los más altos, críticos y caóticos niveles de inseguridad de su historia reciente.
En el análisis y estudio del presupuesto del municipio para el 2019, uno de los temas álgidos es, sin lugar a dudas, los recursos que requiere la ciudad en materia de seguridad.
El estilo improvisado del alcalde se percibe en la presentación que hace la Secretaría de Gobierno al Concejo Municipal del presupuesto en materia de seguridad.
No obstante, la administración municipal no tiene claridad sobre las estrategias y acciones que debe seguir. El estilo improvisado del alcalde se percibe en la presentación que hace la Secretaría de Gobierno al Concejo Municipal del presupuesto en materia de seguridad.
Ha planteado como alternativa, reducir el aporte del 3.5% del impuesto predial destinado a los Bomberos de la ciudad, en un 30% y destinando aproximadamente $ 10 mil millones adicionales a la seguridad.
Se olvida y se hace la vista gorda la administración municipal que el fenómeno del calentamiento global, generando incendios forestales arrasando cientos de miles hectáreas en el mundo entero, también son provocados en los cerros de la ciudad.
Situación aprovechada por la inescrupulosa mafia de invasores de tierras, desestabilizando y desafiando la autoridad, como se presenció hace pocos meses en el intento de invadir el Cerro de la Bandera. Escenario que se devuelve a la misma Secretaria de Gobierno, encargada de preservar el orden y defensa de la propiedad, sea estatal o privada.
También olvida la administración que el Cuerpo de Bomberos de la ciudad, a sus 90 años, es referente continental de prevención, ejecutando un ambicioso plan de inversión en modernización de equipos y ampliación de cobertura en nuevas estaciones.
Por otro lado, desesperada e inconstitucionalmente, la administración propone crear una brigada de guardas civiles, que la ley desarme impide porten armas, para combatir la inseguridad de la ciudad, cuando la responsabilidad recae sobre los organismos del estado, Policía Nacional y Ejército.
En la administración del alcalde Ospina se criticó el programa de “guardas cívicos” por el despilfarro y dilapidación improductiva del erario.
La propuesta de la actual administración en poco difiere al esperpento anterior.

La suspicacia surge sí se trata de una estrategia electoral, para favorecer contratación de burocracia a favor de candidatos, y no una sólida acción de prevención y mejoramiento de índices de seguridad
La suspicacia surge sí se trata de una estrategia electoral, para favorecer contratación de burocracia a favor de candidatos, y no una sólida acción de prevención y mejoramiento de índices de seguridad.
Se enfrasca el Alcalde en discusiones bizantinas e inmaduras con la Gobernadora sobre el tema de la inseguridad, en vez de presentar a la Gobernación una estructurada estrategia que permita retornar los recursos aportados por la ciudadanía caleña a la tasa de seguridad que mensualmente se aporta, a través de la factura de energía.
Los recursos aportados por los contribuyentes caleños el Departamento del Valle, son utilizados para combatir la delincuencia en el departamento del Valle del Cauca, sin prioridad alguna, ante la falta de proyectos del municipio de Cali.
El clamor ciudadano recae en la responsabilidad de generar una verdadera estrategia, tecnológicamente avanzada con programas de inteligencia de organismos del estado
El clamor ciudadano recae en la responsabilidad de generar una verdadera estrategia, tecnológicamente avanzada con programas de inteligencia de organismos del estado, capacitación y condiciones dignas de alojamiento para los efectivos en las estaciones, entre otros.
No es quitarles recursos a los bomberos para apagar el incendio de la improvisación.