Luego del sufrido empate a cero de la tricolor colombiana contra Argentina en Santa Fe, la prensa gaucha y algunos medios alrededor del globo critican duramente al llamado a ser el favorito del torneo, que se vio deslucido frente a un aguerrido equipo colombiano. En contraste, el desencanto de la parcial albiceleste crece por un equipo en el que brillan estrellas y nombres pero no parece haber una idea de juego clara.
“La selección no arranca” tituló el prestigioso diario ‘El Clarín’, y dijo que “La selección es puro desencanto”, al resumir lo que puede verde del equipo tras el partido de anoche y el pasado contra Bolivia, que también quedó en empate 1-1: “Colombia tuvo las chances más claras y mereció ganar. A Argentina le faltó juego asociado e intentó cubrir con garra la falta de fútbol. Ya no depende de sí misma para ganar el grupo”.
De su parte, la prensa colombiana estimó como enorme el esfuerzo realizado por el equipo cafetero, convirtiéndose, a un partido por jugar, en el líder del grupo A y dejando casi asegurada su clasificación.
Anoche en el estadio Estanislao López, conocido como “El Cementerio de Elefantes”, Colombia jugó quizá su mejor partido de la era Bolillo Gómez. Saltando a la gancha no con 11 jugadores sino con 11 verdaderos luchadores que pese al penalti que no pitó el árbitro y a las múltiples faltas, se mostraron aguerridos peleando cada balón.
“Colombia luchó gigante frente Argentina”, encabezó en primera plana “El Tiempo” de Bogotá, quien estimo que la tricolor mostró las mejores opciones de gol durante los 93 minutos del juego. “Un estelar comportamiento defensivo, sumado a un alto nivel de varios jugadores, fueron lo más destacado, pero de nuevo la falta de gol privó a Colombia de haberle ganado al anfitrión y de avanzar de manera anticipada”, subrayó el diario.
El partido tuvo varios momentos marcados por el ánimo de un equipo local presionado por su exigente afición y un visitante que lució relativamente aplicado en sus líneas, y que le jugó a un contragolpe organizado desde una zaga en la que brilló un Yepes enorme, como casi siempre.
Tanto, que hizo deslucir a la otrora temida flotilla de arietes argentinos encabezada por el dos veces mejor del mundo Leo Messi.
En un momento de epifanía, al promediar el 2º tiempo, mientras se esperaba la recuperación del jugador tricolor Adrián Ramos tras una falta, la cámara se detuvo en Messi que parecía un pequeño niño desencantado; doblado de piernas tratando de respirar el aire frío parecía ausente, casi asustado y tronchado del grupo y sus compañeros; el mejor jugador del mundo no hallaba el camino, después de todo, como dijo algún comentarista: “Messi también es humano”.
En El Clarín prefieren otras justificaciones para explicar la decepción por la mala noche de la pulga: “Porque no sólo el técnico carga al jugador con la responsabilidad de ser el dueño de un equipo que no le responde. Y encima las cosas no le salen, porque no encuentra a su Iniesta o a su Xavi para parecerse al del Barcelona”.
Lo cierto es que los hinchas de la albiceleste y la prensa Argentina siguen a la espera del nivel superlativo de crack que se le Conoce a Messi en el Barcelona; y despierta gran preocupación cansado, abucheado en ocasiones por un sector de la fanaticada que no tiene paciencia para esperar que el jugador llamado a ser la estrella de la Copa América, encaje en los planteamientos y el equipo confeccionado por el ‘Checho’ Batista.
Bolillo debe capitalizar la buena noche de ayer y encaminar a la selección por ese camino de entrega, pero con claridad en la definición.