El Alférez y el Aristi: ¿Pasado y futuro de Cali?Por Luis Hernán Ocampo G.Consultor en política pública urbana-Candidato a Mg. Gestión UrbanaLos defensores del Patrimonio Histórico, Arquitectónico y Cultural de Santiago de Cali están preocupados, una vez más, tal y como sucedió hace más de cuarenta años, dos edificios patrimonio arquitectónico de ciudad, están amenazados de muerte: El Hotel Aristi y La Sagrada Familia. El Ministerio de Cultura, un poco tarde, reaccionó frente a las obras del Aristi, y el Departamento Administrativo de Planeación Municipal empieza a ponerle atención a las obras en la Sagrada Familia. Ojalá en los años 70’s las protestas de los defensores del Patrimonio Arquitectónico y cultural de la ciudad hubieran tenido eco para salvar al Hotel Alférez Real, ubicado donde hoy queda el parque de los poetas. En 1926 tras demolerse una de las viejas casonas al lado de la Ermita, construyeron el Hotel Alférez Real (Arroyo, 2006, P.305). Como se puede ver en la imagen de la colección de la Biblioteca Jorge Gárces, este edificio era un icono de ciudad, tal como hoy lo es la Ermita.Fuente: http://bibliotecadigital.icesi.edu.co/biblioteca_digital/handle/10906/25577Pero más allá de su bella arquitectura de estilo francés renacentista, este edificio es importante por su papel en la historia de esta ciudad. Era allí donde los abuelos iban a mandarle a hacer las cartas de amor que les llevarían a sus novias a los poetas Llanos y Villafañe, quienes cuentan, fueron huéspedes de don Álvaro H. Caicedo, dueño del hotel, y albacea de estos por muchos años. Además, era este Hotel escenario de eventos sociales importantes para la sociedad de ese entonces.Son estos hechos de memoria histórica de la Cali de mitad del siglo pasado, tal vez irrelevantes para nosotros hoy en día, los que le dan contenido a la declaratoria de un bien como este, como patrimonio de ciudad. Es por eso que la forma como lo dejaron deteriorar en los años 60´s para después demolerlo en los 70´s, ha sido considerado por los defensores del patrimonio como un acto criminal, un crimen contra el legado de una generación de caleños que ayudaron a construir un pasado glorioso de esta ciudad, el de la Cali Cívica. Fotos de los poetas Villafañe y Llano cuando Vivian en el Alférez Real.Fuente: http://ntcpoesia.blogspot.comEs por el legado, así para las generaciones más jóvenes esto no parezca importante, que salvaguardar dos bienes patrimoniales como el Hotel Aristy y la Sagrada Familia, es imperativo para la ciudad, llenan de significante el hecho de “ser caleño”. Como reflexiona García Reyes (2015), la memoria histórica de una ciudad es el alma de sus habitantes. Una ciudad sin memoria histórica corre el peligro de quedarse en el olvido y perder su patrimonio tangible e intangible (Albornoz, 2016). ¿Qué pensarían las nuevas generaciones de Caleños si en 40 años los dueños del Museo La Tertulia dijeran que lo van a demoler por deterioro?.De esta forma, el debate que se está dando en la actualidad sobre la renovación de estos dos bienes patrimoniales de Cali, es sano y necesario. Tan necesario como que haya habido inversionistas que por fin le hayan apostado a la revitalización y reutilización de estos inmuebles. La realidad es que renovar un bien patrimonial no riñe con la persecución de utilidades. Sé que hay personas que piensan diferente, que si riñe, y que éste tipo de inmuebles deben ser destinados para museos únicamente, pero ese es el debate en el mundo, se dio en Barcelona cuando modernizaron la ciudad pata los juegos Olímpicos de 1992, pero allí se dieron cuenta que no había mejor fórmula para salvar los bienes patrimoniales que buscar su propia sostenibilidad económica. Es cierto, en ese debate aún no se ha dicho la última palabra, pero en contextos como el nuestro donde los presupuestos para temas culturales y turísticos son tan bajos, no podemos permitir que se repita la historia del Alférez Real, y lo dejen volver ruinas en las narices de todos. Ahora bien, el ánimo de persecución de utilidades de bienes inmuebles patrimoniales, si debe atender tanto a una reglamentación especial, que ya existe en el país, ley 1185 de 2008. Sin embargo, de nada sirve todo lo que reza esa ley sin control, y aquí parece ser que fue donde falló el equipo de Planeación del Alcalde Guerrero, que siguió en la nueva Administración Armitage y esto fue un craso error. La legislación le da la responsabilidad a las oficinas de Planeación municipal de controlar, y si es cierto como dice el Ministerio de Cultura, que en el caso del Hotel Aristi, se demolieron estructuras internas objeto de preservación patrimonial, le cabe mucha responsabilidad a esa dependencia.Este caso debe ser ejemplarizante para el futuro de los inmuebles patrimoniales de Cali, si el grupo G50 violó las normas de preservación de patrimonio, debe responder y reparar lo que hizo. Pero si logra demostrar que no lo hizo, y que lo que va a quedar del Hotel Aristi no será solo “el cascarón” como argumentó y trató de demostrar esta semana, debe someterse de manera transparente a la inspección periódica de la oficina de Planeación, Universidades, de los medios de comunicación y de los veedores de la ciudad que se preocupan por el patrimonio. Una ciudad necesita de su memoria histórica para saber de dónde viene y así poder definir mejor, para dónde va. Uncategorized