Por Juan  Carlos Girón

Durante las generaciones que han pasado en nuestro país y aun en varias naciones, vemos la creciente lucha por personalizar los intereses por el poder, llámese político, financiero, social etc.

No importando el daño intelectual ,familiar, físico, espiritual, económico y social, de los diferentes grupos al margen de la ley, que  actúan sin tener en cuenta los esfuerzos que generaron grandes hombres trabajadores y líderes, que marcaron generaciones en territorios a lo largo y ancho de nuestro departamento, con esfuerzo y dedicación en sus tierras, de sobrevivir para sacar a sus familias prosperas cultivando  y en el desarrollo de la economía informal, él desplazamiento forzado no solo se advierte en el abandono de los campos sino también en la sobrepoblación de nuestra ciudad.

Los trabajadores informales buscan el su sustento diario de forma honrada, pero aquellos que lo hacen de manera deshonesta, con robo, asesinato, en medio de una profunda injusticia social de los diferentes sectores que están comprometidos en este desorden de comportamiento humano.

Así mismo, esta injusticia social de estos grupos trasladan sus exposiciones de violencia he inmoralidad; a las ciudades de todo nuestro departamento una tierra bendecida por Dios.

No podemos seguir, permitiendo que nuestros campesinos y trabajadores informales sigan siendo desplazados; es hora de mirar a nuestra gente con el amor y la justicia de DIOS, para que nuestro querido Departamento siga creciendo moral y espiritualmente, por la esperanza de un cambio hacia la justicia social.

Hombres y mujeres con un nuevo emprendimiento Empresarial, “JUSTIFICAN NUESTRA PREOCUPACIÓN POR LA INJUSTICIA”. Debemos hacer énfasis en la protección social, los grupos al margen de la ley, producen desplazamientos dentro de la ciudad con exigencias económicas que afectan a los nacientes por falta de oportunidades en los diferentes círculos económicos ya que este desplazamiento masivo ocasiona falta y escases de oportunidades.

La realidad de nuestra sociedad es la falta de conciencia del dolor que producen los problemas por la falta de amor hacia una sociedad vulnerable.
Considerando la realidad que vive nuestra sociedad de lucha de poderes, donde los atropellos injustos derriban nuevas ilusiones, por eso debemos mirar un propósito que está muy claro, la justicia de DIOS.

Si la justicia de DIOS, está sembrada en el corazón del hombre tendremos esperanza de un cambio real dirigido por un ser que ama al ser humano,  pero no ama el pecado.

Es determinante que el hombre emprenda el camino del conocimiento de DIOS, Y de Educación fuera que los grandes dirigentes debemos crear conciencia y de efectuar un proceso que así TENDREMOS ABIERTAS A LA ESPERANZA DEL CAMBIO, QUE NUESTRO PUEBLO MAS VULNERABLE LO NECESITA. DIOS nos invita a la reflexión y pongamos en práctica su propósito para ver verdaderos cambios en  nuestra  sociedad.
JESUCRISTO SE HIZO JUSTICIA PARA QUE NOSOTROS FUÉRAMOS JUSTIFICADOS.