Por Luz Betty Jiménez De Borrero / Pablo A. Borrero V.  

El reiterado paro camionero se ha convertido en la práctica en una constante que se repite cada vez que aumentan por diversos factores los costos y precios del transporte de carga de los productos, bienes y mercancías que se generan en medio de la anarquía de la producción y la competencia que caracterizan la denominada economía social de mercado.

Para atenuar las dificultades que conllevan los paros que afectan a diversos sectores de la economía y la población, los gobiernos de turno han venido acordando de tiempo atrás con los transportadores una serie de compromisos que a la postre no se cumplen en la práctica y que según el actual Ministro de transporte “son mentirosos e irreales”, en tanto no consultan las posibilidades y expectativas del gobierno ni de los transportadores que compiten entre sí y se enfrentan al gobierno mientras subsiste un notorio desequilibrio entre la oferta y la demanda de transporte, que hace que los generadores de la carga se aprovechen de tal situación para imponer los precios que los benefician, al tiempo que se incrementan los costos externos atinentes al incremento del precio de la gasolina, los repuestos, los peajes, los tiempos de cargue y descargue, etc., en contra de los camioneros generándose con ello una situación insostenible que afecta fundamentalmente al pequeño y mediano transportador que debe absorber la totalidad de los costos y gastos derivados de dicha actividad económica.

Ahora bien, cualquier solución que se adopte, debe pasar necesariamente por una reestructuración de los costos y precios, además de la puesta en marcha de un real y eficiente programa de chatarrización, manejo racional del precio de los combustibles, peajes y la mejoría sustancial de las condiciones laborales de los conductores que con su trabajo generan plusvalía que pasa a manos de los dueños de los vehículos de las empresas de transporte.

En esta ocasión el diálogo también constituye un subproducto de la lucha social que libran los camioneros, el cual no puede estar presidido de amenazas y sanciones, so pretexto de la defensa del interés general mientras se impone la parcialidad del gobierno en favor de los generadores de carga y de su política, que busca en el fondo ganar tiempo y aplazar una vez más la solución de este problema mientras se gesta un nuevo paro por las mismas razones y el incumplimiento de las autoridades del ramo en hacer efectivos los compromisos adquiridos, tal como ha quedado demostrado con las declaraciones a los medios de comunicación del ministro de transporte.

La respuesta al paro de los transportadores no puede ser la represión sistemática como tampoco la suscripción de unos acuerdos para que todo siga igual o peor. Por otra parte, los camioneros tendrán que medir el alcance y las consecuencias del paro concurrentes con los daños colaterales que se producen con el mismo a las personas, campesinos, trabajadores del campo, pequeños y medianos empresarios y además, entender que el éxito o fracaso de la lucha por determinados derechos y libertades, depende siempre y en última instancia de la capacidad de unir, organizar y movilizar no solo a los integrantes del gremio si no de lograr en la práctica que los sectores y grupos sociales que también sufren las consecuencias de la crisis económica por la que atraviesa del país se apropien de las razones y motivos que inspiran el movimiento y se decidan a apoyar con sus acciones las justas reivindicaciones económicas y políticas, en contra de la explotación económica del trabajo y el trato desigual y discriminatorio que el Estado le da a las diferentes clases, grupos sociales, organizaciones gremiales, fuerzas políticas y sociales, etc., que exigen garantías y el cumplimiento de los deberes Constitucionales, legales y de los acuerdos que como en este caso no han dejado de ser más que simples expectativas sin ningún valor para las partes.

Veeduría Ciudadana por la Democracia y la Convivencia Social

El Control Ciudadano Sobre la Gestión Pública es Condición Indispensable para el Ejercicio de la Democracia y la Convivencia Social