Redacción.Caliescribe
Afortunadamente uno de los puntos que la gente más reclama como derecho fundamental es el principio que todos los hombres somos iguales, lo que se considera el punto de partida de la justicia, a buena hora catalogado como el derecho de primera generación de la carta constitucional colombiana. Pero en nuestra ciudad propia del entorno latinoamericano hay excesivas desigualdades, que son ostensibles a diario y se incrementan a pasos agigantados.
La brecha entre ricos y pobres cada día crece más, haciendo que las oportunidades para las generaciones presentes y futuras sean muy desiguales. Los niños de nuestros estratos populares no merecen nacer con esa desigualdad, el estado indiferente parece no entender y lo observamos cada día en donde se concluye una jornada violenta, con más de 100 muertos diarios en Colombia producto de la falta de educación, del desempleo, del hambre, de la miseria, intolerancia , de la absurda guerra y del narcotráfico..
Pero nuestros gobiernos nacionales y locales no se despiertan ni se desesperan en la orientación del Estado, por las grandes diferencias económicas y sociales que separan a unos pocos de las masas populares que carecen de las debidas oportunidades. Hemos avanzado en unas áreas, pero todo cambia para que siga igual. Nuestras ciudades latinoamericanas se han dedicado a ofrecer unas migajas producto de lo que se denomina ESTADO BIENESTAR, pero estamos muy lejos de garantizar una debida educación, salud, vivienda y empleo.
Los subsidios familias en acción, al desempleo, a la vivienda como derechos muy pequeños han generado la verdadera fuente constitucional de que el Estado nos garantiza unos derechos, pero que al mismo tiempo estamos obligados a cumplir unos deberes. Y todo nace del mal ejemplo de nuestros gobernantes, en donde el sin numero de hechos irregulares que se cometen a diario en la administración nacional, desde la gobernación y la alcaldía municipal, no permiten que se masifique una cultura de respeto por lo público y por lo tanto al no crearse el modelo, los deberes han pasado a un segundo plano.
Lo mínimo es que nuestros gobernantes cumplan con el Estado social de derecho que juraron defender, pero permanentemente mediante actos dolosos o saltándose la ley, se burlan de cumplir las mínimas normas, que permitan ganarse la admiración ciudadana, de tal manera que con mucha claridad se le puedan exigir los respectivos deberes.La cultura del narcotráfico que está cumpliendo 40 años, es decir que es de la actual generación ha barrido con una cultura ciudadana que se fundamente en la verdad. Nadie quiere ser el tonto de la película, se prefiere el atajo, el dinero fácil y la vida suntuaria. Queremos seguir sacando leyes ,pero el origen de todo no lo atacamos y está en la desigualdad.
Los intereses privados igualmente generan una gran exclusión social, por lo que los ciudadanos mayoritariamente no pueden entender que tengan los mismos deberes que una cúpula muy pequeña, que si obtienen unos derechos inalcanzables para la población desfavorecida.
Pero ante todo es la impotencia del ciudadano de sentirse como una parte de un todo, que lo arrastra, que siente no poderlo contener ni controlar, luego el dejar hacer y el dejar pasar se ha convertido en el paradigma del comportamiento ciudadano. Nadie quiere asumir la defensa de lo público, como si eta fuera solo un deber de los gobernantes. Anhelamos un estado que redistribuya y que produzca más igualdad, pero nos aislamos de él y solo en la medida en que la migaja del “estado bienestar” nos llegue, aceptamos y guardamos discreto silencio. Es decir estamos encerrados en nuestros intereses y vida privada. Por ello, el punto de partida debe nacer de las prácticas gubernamentales colmadas de buenos ejemplos a los ciudadanos, en donde no haya fraudes, delitos y corrupción. Es allí donde vamos a tener un cambio fundamental en la estructura cultural de nuestros ciudadanos, para que los deberes cívicos y sociales puedan cumplirse a cabalidad.
Luego el ejemplo debe nacer de la alcaldía de Cali, pero esta se encuentra dominada por un concepto muy equivocado del estado de derecho. la comunidad mayoritariamente sabe que no es el ejemplo adecuado, aunque la mayoría de empresarios ,gremios y medios de comunicación ,quieran informar otra visión de la municipalidad.
Debe nacer del gobernador del Valle quien ha hecho un trabajo serio en la recuperación del departamento, pero su manguala con la administración municipal de Cali, el sector empresarial-gremial y con unos pocos grupos políticos, no le permite tener la universalidad para unir a los vallecaucanos alrededor de los propósitos comunes.
Debe nacer del Presidente de la Republica quien valerosamente ha iniciado su carácter de “reformista”, con unas muy buenas acciones en muchas áreas como la lucha contra la corrupción, pero él es un líder del modelo colombiano de la concentración del poder económico en unos pocos que desequilibran cada día mas la balanza de unos con otros, hace que el resultado final de su gobierno , no sea tan positivo como lo necesita el pueblo colombiano en la consolidación del estado social de derecho.
Los Partidos políticos no han dado la respuesta a las necesidades del país ,pues se acomodaron en las mieles burocráticas y negociales del gobierno de turno y no trabajan en pos del país nacional , sino del país político; olvidando las mayorías silenciosas de los ciudadanos ,enquistados en sus problemas : El liberal con el 8.000 a cuestas sin pedirle perdón a los Colombianos , la U con el juicio ciudadano en su esplendor y el paramilitarismo en sus espaldas , el Conservador y Cambio Radical en lo mismo de los otros, el PIN como fuerza política de intereses oscuros, el Verde perdido en la selva política del país y el POLO a escasos 3 meses , de recibir el castigo electoral de los ciudadanos.
Por ello, aunque aparentemente no hay esperanza, debemos iniciar la solución de nuestros problemas ciudadanos con criterio cívico desde abajo hacia arriba y no es otro que la búsqueda de obtener los derechos económicos y sociales con el cumplimiento de nuestros deberes, desde la base de la comunidad local como es el barrio, la comuna y el municipio. Desde allí iniciar una mancha que se extienda por el país, en donde pueda privar la cultura de la verdad para que todos cumplamos nuestros deberes y exijamos nuestros derechos, ya hay muchos municipios con una cultura mas avanzada que otros, pero debemos arrancar con la participación civica ciudadano ,sin prisa y sin pausa.