Por Guillermo E. Ulloa Tenorio

Economista de la Universidad Jesuita College of the Holy Cross en Estados Unidos, diplomado en alta dirección empresarial INALDE y Universidad de la Sabana. Gerente General INVICALI, INDUSTRIA DE LICORES DEL VALLE, Secretario General de la Alcaldía. Ha ocupado posiciones de alta gerencia en el sector privado financiero y comercial.


Los incrementos permanentes del parque automotor, en todas sus modalidades, privados, públicos, pasajeros, carga y transporte masivo, colapsan la frágil obsoleta infraestructura vial.

Las ciudades, y Cali no es excepción, deben buscar soluciones, que no impliquen únicamente construcción de nuevas vías, sino complementar con desarrollos tecnológicos que permitan mayor fluidez.

Los actuales sistemas inteligentes de movilidad emplean herramientas que permiten analizar y determinar, permanentemente, los cambios en el flujo vehicular, adaptando los tiempos de la señal semafórica, evitando congestión, mejorando las condiciones de movilidad, velocidad, resultando en la fluidez uniforme del tráfico.

En Cali, las diferentes administraciones municipales, no han puesto en marcha, un plan maestro de sustituir la obsoleta red de semáforos, empleando el concepto de inteligencia sincronizada.

Por muchos años, se ha endilgado responsabilidad del sistema a la proveeduría única de la operación a la multinacional que ha proporcionado la infraestructura semafórica. Sin embargo, esta multinacional, también dispone de elementos modernos, energéticamente eficientes,  que permitan integrar la totalidad de la red migrando hacia nuevos sistemas inteligentes.

Algunos estudios previos, estiman la inversión del cambio hacia nuevos sistemas inteligentes, menor a cuarenta millones de dólares (US $ 40 millones), suma infinitamente inferior a los mil trescientos millones de dólares (US $ 1300 millones),  requeridos para concluir megaobras y acometer las obras del cuatrienio de la actual administración.

La reforma administrativa, que será implementada el próximo año, y en la cual se dispone un cambio importante del actual organigrama operativo de regulación del tránsito, hacia una dependencia de movilidad, con amplio concepto espacial, tendrá como principal derrotero y meta integrar la red semafórica inteligente a todos los sistemas vehiculares, extendidos, por supuesto, a ciclo rutas, cruces peatonales y señales de tren de cercanías, entre otros.

La nueva organización de movilidad, debe formalizar un plan complementario, en coordinación con otras dependencias, priorizando el mantenimiento de los principales corredores viales, que permitan aumentar el límite de velocidad, mejorar la señalización, en especial el cruce a la derecha permitido en las principales intersecciones, y aumentar la capacidad de algunas vías, interviniendo separadores y andenes, plantando especies arbóreas que no invadan radicularmente la infraestructura.

Ojala la nueva dependencia mantenga la visión integral de movilidad con alto perfil profesional y técnico requerido, sin convertirse en fortín burocrático satisfaciendo apetitos políticos en detrimento del clamor de la población que requiere solución inmediata al grave, y cada día mas critico problema de desplazamiento.

El desafío requiere voluntad política, audacia, autoridad y determinación.