Editorial
Después de dos décadas largas desde la elección popular de alcaldes en Cali con gobiernos de todos los estilos, aciertos, mañas y equivocaciones, con una ciudad que es más lo que retrocede que el progreso recibido.
Esto lo tiene que afirmar quien conozca la realidad social de la municipalidad, en donde los cinturones de gentes sin esperanza brotan en sus 4 costados cardinales. Solo nos quedan frustraciones, así nos ha pasado, no solamente debemos lamentarlo si no que lo debemos tomar como una oportunidad para desatrazarnos y proyectarnos hacia el futuro.
Cada gobernante de turno quiere dejar su sueño, sus obras, pero en estos últimos 8 años en asocio de los Concejos Municipales han hecho oscuras ‘fiestas presupuestales’. El cuarto poder no ha servido porque también en la mayoría de los casos van por lo suyo, los organismo de control de orden municipal con la Contraloría, y la Personería son empleados y ejecutores de las decisiones edilicias, con una ciudadanía que no es escuchada.
Por ello nuestra amada ciudad no progresa, ni adelanta en la realización de un proyecto de ciudad. La obra que tiene largo aliento como el sistema MIO, nació torcido en un documento CONPES y en 9 años de ejecuciones solo se han dedicado a ejecutar un sistema que no está bien estructurado técnica y económicamente, con menos de 40% de construcción y operación, pero sin posibilidad de ser bien terminado.
Por esta razón algunos ciudadanos han propuesto trabajar en la construcción de una agenda de largo plazo para Cali como ciudad región y materializarla jurídicamente a través de la participación ciudadana mediante una constituyente. Gran propuesta que merece nuestro apoyo, pues se alienta después de los 4 años del Alcalde Ospina en donde todo lo que se hizo fue sin ninguna planificación y orientado en los programas politiqueros como los guardas cívicos y despilfarradores como el estadio. Así fue adicionalmente con las megaobras, la Autopista Bicentenario, Calisalud, Emsirva y otros casos en donde solo ha brillado la improvisación. Y no es precisamente la misma constituyente que trató de liderar el Alcalde Ospina, que nació con un esquema individualista, mal promovido,que recorrió los barrios de Cali alimentando un plan de desarrollo elaborado por profesionales sin experiencia y que finalmente fracasó porque le faltaron objetivos, dirección y meta.
La participación ciudadana es de los aspectos más relevantes de la carta política aprobada hace 20 años por la Asamblea Nacional Constituyente, como el derecho a participar en la conformación, ejercicio y control del poder político y es aquí en donde se requiere para el municipio caleño un plan marco de desarrollo con visión de largo plazo, para que pueda consolidarse legalmente a través de una consulta popular o un referendo, que lo haga intocable en un escenario de 30 o 40 años.
No mas borracheras económicas como muchas de las inversiones del alcalde Apolinar y las oscuras como exageradas ejecuciones presupuestales de Jorge Iván Ospina, que solo dejaron culturas hemorrágicas de dinero público al vacío, para que las siguientes administraciones gasten a manotadas. Esto debe detenerse y solo lo puede hacer la comunidad convocada por una administración que piense en la viabilidad económica de Cali como ciudad y en las próximas generaciones.
Por ello es indispensable la Constituyente Municipal para que se pueda construir su esquema básico con proyecto de ciudad, que se enmarque en la economía global y que corresponda a un plan marco de desarrollo. No se puede repetir lo realizado por la administración saliente, quien sin un plan de movilidad nos vendió y construyó las 21 megaobras, que no hacían parte del plan de desarrollo y mucho menos del P.O.T., sin embargo, no ha existido poder humano para que el Concejo, ministerio público, los jueces administrativos y constitucionales suspendanlas irregularidades ante los incumplimientos de las normas legales.
Es indispensable que una propuesta integral construida entre todos como un Cali 2050, sea adoptada legalmente entre el gobierno, las Universidades, JALs, JACs, gremios, ONGs y comunidad, construya un proyecto de ciudad con visión internacional que permita consolidarse en la cuenca del Pacifico y proyectarse cada 4 años en competitividad, con infraestructura, indicadores sociales y económicos de largo plazo.
Pero son los candidatos a la Alcaldía, que en los debates se comprometan a trabajar con esa visión futurista y tenga la decisión histórica con la ciudad, de dejar un modelo urbano realizable y ajustable cada 4 años, con un norte claramente definido por una línea rectora. Ojalá podamos salir de estos oscuros 8 años de gobierno con muy poca administración.