Me causa cierta intranquilidad y temor, aparte de muchísima preocupación, la situación actual de seguridad que está atravesando nuestra ciudad y pues para nadie es un secreto, que la inseguridad ha llegado hasta los paraderos de buses de las universidades, por prestigiosas que sean, y por estratégicamente ubicadas que estén, y cuando digo esto, me refiero a sectores de estratos 5 y 6, que no se salvan de recibir a diario cantidades impresionantes de quejas por robos y por la falta de seguridad en los espacios públicos que rodean estos recintos.
Ahora bien la inseguridad en todas su formas, es algo a lo que tristemente ya estamos “acostumbrados” pero, que roben a los estudiantes dentro de las instalaciones suceda tan repetitivamente es una situación que deja mucho que desear y abre la reflexión sobre la importancia que tienen los estudiantes para sus Almas Mater. Muchas universidades optan por recurrir a la seguridad privada, a mecanismos tecnológicos para controlar la entrada y salida de visitantes, y objetos que ingresan a las instalaciones, entre otros, pero aun así, cada día aumentan este tipo de casos, y peor aún, se dan en conjunto con un acto de violencia e intimidación a los estudiantes.
Ese fue el caso de Carmen Quiñonez, estudiante de una de estas prestigiosas Universidades de la ciudad, quien fue sorprendida por un hombre, en un baño de uno de los edificios de la instalación, intimidada con un cuchillo, y amenazada de muerte y violación, para así robarle sus pertenencias; afortunadamente salió ilesa físicamente de esta situación, pero psicológicamente fue afectada. La compañía actual de seguridad, aseguró que responderá por los daños materiales causados y se reivindicaran indemnizándola. Pero este no es el punto, tristemente en esto quedan estos casos, y cada día se siguen presentando más y de mayor gravedad.
Lo cierto es que es necesario que los estudiantes presionemos de forma organizada y respetuosa a nuestras Universidades, para que nos brinden espacios más seguros que nos permitan disfrutar del tiempo que estamos ahí para aprender.
Pero no sólo se trata de escribir para criticar, si no para construir soluciones. Y por mi parte, después de escuchar, sí es triste vivir en un país donde el imaginario colectivo de las personas ante todo y cualquier situación es “no dar papaya”. Entonces, no hay que ser blanco fácil de este tipo de delincuentes y para esto, aquí les dejo mi top 5 de cosas que más atraen a los amigos de lo ajeno, para que por favor se cuiden, los cuiden y “no den papaya”.
1. BlackBerry: No contesten en los paraderos, no lo usen de reproductor de música para acompañar sus viajes a casa o a la universidad, pues es un dispositivo llamativo por su tamaño y sobre todo su valor económico.
2. IPod: Si está decidido a usarlo, porque el trayecto en transporte público lo aburre, pues camúflelo de una forma inteligente, use los audífonos por debajo de la camisa, y deje el aparato guardado en el bolsillo, y aténgase a su lista de música en modo aleatorio, y si alguna no es de su gusto, recuerde que las canciones duran máximo 5 minutos, ¡No la cambie!
3. Computadores portátiles: Si es necesario llevarlo a la universidad, muy necesario, lleve un buen maletín, pero por favor use los de las salas de sistemas o ¡Hágalo en casa!
4. Memorias USB: Ponga atención cuando las use, no olvide desconectarlas de los puertos USB, porque si se acuerda cuando ya no esté en la sala, lo más probable es que ¡Ya no esté cuando regrese!
5. Dinero en efectivo: Trate de estar con lo justo, como lo de los pasajes, las copias, y algo por si va a comer.
Si mi artículo le gustó, le pareció positivo, tiene algo que proponer, o quiere contarnos su historia relacionada con este tema ¡hágalo!… Como bien dicen mis compañeros del programa radial Ciudad al Aire-Unidos, por Cali: “No te calles, infórmate, propone y consulta…”
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