El tenista caleño Robert Farah demostró en el día de ayer en Guadalajara, México, que el nivel del deporte blanco en la capital vallecaucana es determinante para la delegación nacional, que se desenvuelve con firmeza en las justas panamericanas. A esto habría que sumarle el buen desempeño que mostró en los últimos años el también caleño Alejandro Falla, que ganó ante rivales importantes en los grandes slams del orbe, llegando más lejos que ningún colombiano hasta el momento en varios de ellos.

En lo que se refiere a la proeza de Farah, el día comenzó con dos posibilidades abiertas para el oro. Primero se enfrentó al tenista brasilero Rogerio Dutra, con parciales de 6-4 y 6-3. En el primer set Dutra le rompió el servicio al colombiano, que se vio de3 repente 4-2 abajo. No bastaba con el buen saque que había mostrado hasta el momento, Dutra lo movía de un lado a otro de la cancha, lo que terminó por dejarle bolas fáciles que el brasilero no dejó escapar.
En medio de una algarabía impresionante del variopinto público mexicano, que silbaba o aplaudía irracionalmente a uno y otro, y con la presencia de unos cuantos coterráneos de los dos participantes, Farah se dio ánimos gritando a todo pulmón: “!Vamos papi!”, cariñoso remoquete con el que se le conoce en el mundo del tenis.
Y en mantra violento de Farah dio sus frutos: terminó remontando una diferencia negativa y se llevó el primer set 6-4. Para el segundo, ya más concentrado y puesto en la línea de fondo, el caleño sacó las mejores bolas de su repertorio, para sacar adelante el triunfo. Un 6-3 dejó con la plata al brasilero y puso a Colombia a celebrar.
A segunda hora, junto con Cabal, vencieron a los ecuatorianos Julio Campuzano y Roberto Quiroz, con parciales de 6-0 y 6-4, en tan solo 48 minutos. Esta segunda medalla deja a la delegación colombiana con 10 de oro, y la ponen por encima de argentina, en el reñido duelo que sostienen estos dos países por el 5to lugar de la tabla.