Por Benjamín Barney Caldas
Soñemos que somos civilizados pero alegres y sensuales, que valoramos la inteligencia y el conocimiento, y que amamos el amor, el baile, la risa y al cuerpo. Que tenemos pocos hijos y solo cuando se alcanzan los medios para ser papás responsables. Que somos en extremo respetuosos de los derechos y sueños de los demás. Que nos divertimos hasta la madrugada pero sin perturbar el silencio de las noches de los otros. Que en las fiestas cívicas y en la feria de fin de año se hacen grandes espectáculos de fuegos artificiales en los cerros, que largas y organizadas cabalgatas dan vueltas alrededor del gran lago de ese parque metropolitano con el que soñamos, y que en las noches hay verbenas populares en los principales parques, las que se repiten, ya pequeñas, en las tardes de los domingos. Ya abundan los buenos restaurantes y cafeterías, animados bares y alegres discotecas para todos los gustos, pero soñemos que aunque se bebe no hay borrachos, y que caminar por los anchos, llanos, limpios y arborizados andenes de la ciudad es todo un placer del que muchos disfrutan.
Soñemos que hay pobreza pero no miseria, y que las diferencias son mas entre modos de vida que entre clases. Que viajamos más a Europa, Iberoamérica y Colombia que a Miami. Que somos cada vez más bilingües pero que los anglicismos han desaparecido. Que la vida es tranquila pues no hay congestiones y que la seguridad de nuestros espacios públicos es legendaria. Ya se suele almorzar cerca de los lugares de trabajo y con frecuencia salimos por las noches a cenar o bailar, pero soñemos que los fines de semana son de viernes a lunes, y que hay grandes almuerzos familiares. Ya se realizan diversos deportes náuticos en Calima, cuyos vientos son muy apreciados, pero soñemos que también hay circo y diversos espectáculos deportivos, variados pero permanentes, como carreras de caballos, y que nuestro fútbol es el más civilizado del mundo. Ya se sale a los parques, centros deportivos y recreacionales, y clubes sociales o campestres, pero soñemos que de nuevo se va a las fincas, pues, soñemos, el campo es muy seguro desde que nos convencimos que es mejor la muerte que el secuestro.
Soñemos que nuestra vida cultural es permanente, variada y de calidad. Que contamos con varios museos, grandes bibliotecas públicas, más las universitarias, dos orquestas sinfónicas, una de ellas juvenil, un ballet clásico, varias compañías de teatro y que nos visita anualmente la ópera nacional. Que la oferta cinematográfica es completa y que en las varias salas de una cinemateca de verdad se puede ver cine arte veinticuatro horas al día todo el año. Que abundan las galerías de arte y las conferencias. Que la TV regional es muy seria y que nuestro principal periódico, de formato pequeño y en papel reciclado, sintetiza las noticias, informaciones y análisis de sus diferentes secciones, en las que se profundiza en los temas de la ciudad, la región, el país y el mundo, las que compramos por separado según los intereses de cada uno. Que la cultural es cada día mejor y más completa pues además de los temas habituales se ocupa de la ciudad y su arquitectura, en tanto que artefactos, como en los grandes diarios del mundo. Pero los sueños sueños son si no despertamos antes de
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