El alarmante voto en blanco en el Valle del Cauca
Por Juanita Cataño M
Olvidar las tradiciones, unirnos a la participación democrática y obligar un cambio a través del voto en blanco ¿Sería el camino para acabar con la corrupción y la politiquería?
Todos hablan de los triunfos, las derrotas y los quemados, pero nadie se atreve a hablar de lo más importante, la abstinencia democrática por la que atravesamos a nivel nacional.
No yéndonos muy lejos, sólo el 14% del departamento del Valle del Cauca tuvo participación en la elección del candidato que en los próximos 4 años direccionará nuestros intereses. Ésta es la consecuencia de la decadencia política que se vive a nivel regional, los ciudadanos ya están hartos de la politiquería, de la corrupción, de las propuestas sin proyectos convincentes, sin estudios y de los malos candidatos.
La mayoría de los ciudadanos que en ese pequeñísimo porcentaje ejerce su derecho democrático lo hace obedeciendo intereses propios, de partido, movimiento o el ‘matrimonio’ que se consagra entre los sectores privados y el candidato que proteja intereses particulares, a éste le proporcionan toda su maquinaria, aplicando estrategias publicitarias frías, que son las más frecuentes, como vallas, pancartas, reuniones políticas que cuestan una millonada y con medios de comunicación o de firmas especializadas en encuestas que manipulan la opinión pública para opacar a los contrarios. En otras palabras, la cantidad de plata hace posible la elección. Todo esto se da en los 42 municipios vallecaucanos.
Otro de los casos más vistos es la corrupción, o llamada compra de votos, tan generalizada, no sólo por los líderes de pueblos y barrios, sino hasta los mismísimos candidatos que se retiran y adhieren a quien pague su inversión. También es muy frecuente, sobre todo para sectores populares y de escasos recursos, que debido al bajísimo nivel educación no son consientes del daño que causan con una elección desinformada. Todo se debe al afán de subsistir en el día a día, vendiéndole el alma a Dios o al diablo y por eso se mal acostumbran a quedar satisfechos una vez cada cuatro años, cuando las águilas van al acecho a sus presas, y los pequeños gorriones bisoños se dejan sorprender con unas cuantas lombrices de tierra, para saciar el hambre con la que permanecen y no piensan en que sería de la administración de aquel candidato que necesita dar para ser elegido.
Para la gobernación del Valle en Cali y pocas ciudades hay un porcentaje más pequeño de votantes, son esos ciudadanos con conciencia política que expresan su favoritismo hacia algunos de los candidatos, esos que estudian sus propuestas, que ven los debates por TV , esos que no se embelesan con frivolidades, esos que aún no pierden la fe y sueñan con un mundo mejor que, para gran sorpresa de muchos, han manifestado su descontento a través del voto en blanco, que en el caso de ser mayoría obligaría a un nuevo proceso electoral. Si en esta oportunidad se hubiera trabajado el voto en blanco, otro sería el cantar vallecaucano, pues lo tendríamos como ganador.
Es de anotar que las campañas de ahora no son las de antes, la política contemporánea se viene respaldando de maquinarias públicas y privadas, y de sólo pensar en tener una aspiración de este tipo lo primero que se viene a la cabeza es el dinero, independientemente de que se tenga un proyecto concreto. Qué lástima que no se hagan grandes debates para el pueblo por falta de logística, cosa de la que se salvan porque ellos prefieren andar por las ramas y no por la raíz del árbol. ¡No valen los programas!
En las pasadas elecciones del 30 de octubre de 2011 la tendencia hacia el voto en blanco aumentó en comparación a las elecciones del 2007 que fueron de 102,977 (7.37%) y para estas elecciones fueron de 151,136 (11.17%). Los tarjetones no marcados en el 2007 fueron 131,527(9.42%)
Y para esta ocasión fueron de 153,633(9.90%) que se asume como un rechazo a los candidatos presentes en el tarjetón y que no fueron debidamente marcados por diferentes razones, una de las cuales son los mitos que siempre han rondado al voto en blanco. Así que la solución no es hacernos los de la oreja mocha, dejar que escojan por nosotros los de siempre y después criticar, renegar sin hacer nada para efectuar un cambio como lo puede hacer el voto en blanco, que es una manifestación pacífica de descontento ante una serie de propuestas, ideas y/o proyectos que no satisfacen los intereses de la comunidad. Es decir, pasamos de 234.504 votos de rechazo en el 2007 a 304.769 en el 200, o sea que se incrementó en un 30%.
De todas formas hay que resaltar que la estrategia publicitaria del gobernador electo Héctor Fabio Useche fue voluminosa (vendió juventud). Sumándole otros factores como el carisma, la velocidad en las correrías por los 42 municipios, la cercanía con el pueblo y la diplomacia con la que siempre se dirigía a sus contendores, animaron a los vallecaucanos a votar por él. Ha sido un ganador y en eso no hay discusión, exceptuando las declaraciones Homero Giraldo, ¿un mal perdedor?
Pero lo cierto es que no hay satisfacción total sobre los resultados para los que están desde los otros bandos, como por ejemplo la polémica que se ha generado en el liberalismo y la zozobra que hay a nivel nacional sobre la transparencia de las elecciones, a pesar de que el partido Conservador, el Polo Democrático y Cambio Radical ya han reconocido la victoria de Useche.
El reconteo de votos que exigió Jorge Homero Giraldo se ha convertido para Useche nada más que en su ratificación como nuevo gobernador, eso afirmó para los medios. También dice que esto le dará más tranquilidad a la gente y demostrará que su elección fue justa y transparente.
Y aunque no ha habido ningún manifiesto por parte de la Registraduría sobre el gobernador electo y Jorge Homero Giraldo no haya aceptado la victoria de Useche, su triunfo es un hecho y ya actúa como Gobernador electo.
Pero la realidad de los intereses, elecciones, política, es otra y por lo tanto deberá superar la gobernabilidad, en ella debe persuadir al Gobierno nacional con un gabinete de lujo, en donde, por ejemplo, las finanzas públicas departamentales deben estar a cargo de un funcionario(a) probado ante la opinión pública y los diferentes cargos deberán tener un mensaje de transparencia y claridad en el ejercicio del Gobierno.
Por ello, consideramos que mientras no supere esta gran crisis, no ejercerá el gobernador electo Useche su mandato con solvencia política, pues será el blanco de las miradas. Todo esto nos permite configurar que en política departamental estamos en blanco, blanco del Valle.