Podemos decir sin temor a equivocarnos que los momentos que definen la historia de nuestra nación pasan desapercibidos para la mayoría de los ciudadanos.

El 30 de Junio de 2001 la presión de las empresas privadas de comunicación radiofónica y el acoso del Estado con su Ministerio de Comunicaciones, llevaron al cierre provisional de la estación de la emisora Comunal Estéreo. Fueron sólo unos días antes de que entrara en vigencia (el 1 de Julio de 2001) el nuevo Código Penal, en el que el estatuto de comunicación convertía en delito encarcelable todo acto de emisión radiofónica sin la correspondiente licencia de transmisión.

Asistíamos sin saberlo al principio de un proceso que terminaría con el cierre definitivo de emisoras comunitarias “piratas” que se habían mantenido en algunos casos al servicio de la comunidad desde la década de los 70.

De la celada gubernamental sobreviven hoy algunos gestores que se empeñan en desarrollar medios y estrategias comunicativas para sus comunidades, éste es el caso de Comunal Estéreo, que después de diez años abraza la radio en línea como una posibilidad para seguir aportando, mientras a largo plazo (podrían ser 10 años según la ley) sueñan con volver al aire.

¿Por qué una celada? Entre las condiciones de la licitación se marginaba a quienes hubieran operado radios “piratas”, obligando así a las radios que tenían hasta quince años de experiencia a conformase con otros nombres para no marginarse del proceso, renunciando así a el impresionante historial de gestión y comunicación que tenían a su haber, que quedaría invisibilizado para el concurso.

Los orígenes

Radios como Comunal Estéreo son el resultado o la respuesta a un problema o una posibilidad. La aparición de radios piratas al servicio de los intereses de la ciudadanía está históricamente ligada a los movimientos de Mayo del 68 en Europa. Son las llamadas radios libres que empezaron en Italia, donde una estación radial pequeña puso en jaque todo el sistema de radio comercial, dejando que la gente común accediera a la producción de radio.

En el caso de Comunal Estéreo, el abandono Estatal, un cúmulo de carencias y el agua que mantenía sitiados a los habitantes, inundando las calles y casas de la comuna 10, les motivó a buscar formas de hacerse escuchar por las autoridades.

Desde distintos espacios se acercaron ciudadanos con el afán de visibilizar estos problemas. Algunos eran líderes barriales que encontraron en la oralidad la manera más importante de alcanzar atención y gestar una disposición a la movilización; otros eran jóvenes que veían la radio como un fin y un medio de realización personal y profesional y otros que en su calidad de oyentes, jugaban a hacer radio y vieron la posibilidad de cambiar los micrófonos invisibles por “los de verdad”.

A ellos se unió un grupo de profesionales de distintas disciplinas, incluida la comunicación social, que buscaron nuevas formas de incidir con sus saberes en el desarrollo de una comunidad a la que pertenecían.

De los alto-parlantes a la antena

La primera respuesta trajo a la mano los megáfonos, los altoparlantes, el sonido ronco artesanalmente musicalizado y el ruido imposible de anular en el aire y en los oídos de todos y cada uno de los habitantes de esa zona de la ciudad.

Estos sonidos, que se usaron para adelantar estrategias urgentes; para evitar los desastres y las pérdidas provocadas por los “pequeños tsunamis” que producía el apresamiento de las aguas lluvias, configuraron el embrión de lo que a futuro se convertiría en una de las muchas experiencias de radio popular en Cali.

Esta radio-parlante que empezó circulando libre en las calles llego a incomodar a la comunidad. Frente a las quejas por el ruido fue necesario avanzar a otra cosa: Comunal ingresó al espectro electromagnético en 1996, a partir de un proceso de alianza con un programa de reinserción del EPL con el Estado y con el acompañamiento de algunos profesionales de la Universidad del Valle.

En ese momento Comunal Estereo se emitió desde la frecuencia 97,4 FM, a través de un transmisor hechizo y una antena soportada en una guadua. Irregularmente autorizada y con una cobertura pequeña se logró hacer a un público fiel.

La radio desde el hogar

Se emitía con la vida de fondo, con las rutinas de un hogar: Una olla pitadora que sale de detrás de la emisión, los llantos de los niños que no entienden aquello de “silencio, vamos al aire” y una cabina de grabación que ocupaba el rincón de los chécheres. Todo mientras la voz del locutor da las noticias del periódico y las revistas que los participantes donan a la causa.

¿Cómo era la ciudad en que crecieron estas radios?

Cali se debatía entre los estragos del narcotráfico y los vacíos de una legislación en comunicación que no alcanzaba a comprender la dimensión ni la necesidad de estos espacios radiales. Las radios comunitarias llegaron a sustituir el espacio del debate público y ciudadano que había desaparecido de la radio oficial y comercial.

Experiencias memorables

En los 80’s surgió Estrella Estéreo en la zona de ladera, en Siloé. Una emisora que se ha ido transformando bajo otros nombres y moviéndose de manera itinerante y clandestina, reivindicando su derecho a la comunicación desde la ilegalidad, pero desde la legitimidad que la comunidad le brinda.

En los 90’s Aguablanca Estéreo, en el Oriente de la ciudad, que buscaba generar proyectos de comunicación para la movilización social en salud, pero sería presa de las malas intenciones de algunos líderes comunitarios y el espíritu de algunos comunicadores de los medios tradicionales. Estos mercachifles terminaron dilapidando el presupuesto y llevando el proceso a la intervención fiscal y el cierre definitivo.

Alternativa Estéreo, en la zona del Sur Oriente de la ciudad, surgiría de la mano de la casa de la Juventud del barrio La Unión y alcanzaría a construir importantes procesos de tejido social; pero moriría, al igual que Comunal, en el proceso licitatorio del 2008.

Culturama Estéreo en la comuna 3, surgió desde el impulso de jóvenes estudiantes de locución que han logrado mantener un espacio de construcción y expresión; y ante la negativa estatal ha tenido que migrar hacia otros espacios de visibilidad y resistencia, como el cine comunitario.

Finalmente, toda una serie de pequeñas experiencias generadas desde el altoparlante como la Emisora Popular Alternativa-EPA, en el sector de Manuela Beltran o la escuela radial alternativa de Paz Estéreo, en el barrio La Paz, del Distrito de Aguablanca.

Todas buscaban lo mismo ubicar a comunidades históricamente excluidas en el centro de la sociedad de la información y la comunicación a través de lo sonoro, de la radio y la comunicación ciudadana.

1998, La primera sede de Comunal Estéreo

Comunal hace sus primeras emisiones desde la Casa Comunal del barrio San Judas en la comuna 10; sus participantes aumenta de 27 casi a 70; y la programación se nutre con nuevos espacios, mucho más estructurados pero aún incipientes.

En ese momento los profesionales de la Universidad del Valle que los acompañaron en los talleres iniciales, vuelven a ayudarlos. Esto da lugar a un nuevo proceso de capacitación que trabaja sobre diseño y escritura radiofónica, ciudadanía, liderazgo, expresión corporal y gestión.

Se cerró la emisora por tres meses y luego se dio su relanzamiento con cubrimiento total a la ciudad gracias a la reubicación de su transmisor en los cerros tutelares.

Al consolidar una estructura administrativa y de producción se logra una ampliación de la programación a 24 horas y la construcción de una parrilla de contenidos que incluye informativos, programas de variedades, consultorios jurídicos, médicos y hasta espirituales; programas deportivos transmiten fútbol profesional de manera clandestina desde una cabina abandonada en el Estadio o viéndolos en la tv satelital.

La música que no rota en la radio comercial encuentra un espacio: la música del Pacífico que luego aportaría al gran impulso que tuvo el festival Petronio Álvarez, el Rap y el mismo Choc-Qui-Town; así como el Rock de las bandas locales…

El 30 de Junio de 2001 la presión de las empresas privadas de comunicación radiofónica y el acoso del Estado con su Ministerio de Comunicaciones, llevaron al cierre provisional de la estación de la emisora Comunal Estéreo. Fueron sólo unos días antes de que entrara en vigencia (el 1 de Julio de 2001) el nuevo Código Penal, en el que el estatuto de comunicación convertía en delito encarcelable todo acto de emisión radiofónica sin la correspondiente licencia de transmisión.

Una nueva forma de concebir y generar la opinión pública

Frente a la construcción de una nueva agenda y una nueva forma de concebir y generar la opinión pública, Comunal Estéreo comenzó a generar en la ciudad, la visibilidad de otra serie de realidades que configuraban al barrio y a la comuna como espacios visibles. Los micrófonos y las voces invadieron las canchas de fútbol del barrio El Guabal y su legendario torneo deportivo en el que las viejas glorias terminan sus carreras.

Algunos programas movieron sus equipos humanos y los pocos equipos técnicos y contaron los encuentros de Rap desde los polideportivos del Distrito de Aguablanca o desde las improvisadas tarimas ubicadas en las ciclovías; otros, le dieron espacio a las jornadas ambientales desde barrios como Ciudad Modelo o Floralia en el norte de la ciudad.

Las acciones de las juntas comunales de los barrios vecinos tomaron la dimensión de las agendas de los Concejos Municipales y se volvieron parte clave en la programación de la estación.

Las opiniones de los expertos académicos o de funcionarios públicos y decisores, le dieron paso al comentario de esquina materializado en la voz de hombres y mujeres. Los problemas fueron contados desde la óptica particular de quien los vive y no solo de quien los observa en la distancia.

Se pudo generar conciencia de que se pertenece a un espacio y que ese espacio existe y puede ser mostrado hacia afuera; de que la música que produzco o disfruto, trasciende la rumba cercana, la calle y el garaje y gana un espacio en medios como la radio, comienza a configurar organización y movilidad de públicos que refuerzan con ella su sentido de pertenencia a una cultura.

Algo parecido ocurrió en la experiencia de Ladera Estéreo cuando desde la radio y desde otras instancias comunitarias, se llamó a la comunidad del sector de Siloé a pintar sus calles y a estampar sus ropas con letreros que le mostraban al resto de la comarca, que pese a la discriminación social y laboral para los habitantes del sector, sus casas y sus ropas lucían coloridos y orgullos letreros de “Yo amo a Siloé”.

En Comunal se visibilizaba el Distrito de Aguablanca con sus temas, sus realidades, sus músicas y sus actores. Todo esto generaba un redescubrimiento del sector por parte no solo del resto de la ciudad, sino de sus propios habitantes que legitimaron su espacio y fortalecieron su identificación, haciendo evidente la diferencia como algo más que un obstáculo.

Lecciones aprendidas desde el cierre y el silencio obligado

Diez años de espera trajeron la respuesta del gobierno: no hay licencia. La comunidad reconoce que no van más al aire y se concentra en los legados y las lecciones del proceso que sin duda podrán dar pie a futuros desarrollos en la radio local y nacional.

  • Se ha demostrado que es posible configurar, montar, producir y administrar un medio desde el trabajo y la voz de la propia comunidad.
  • Esto, acompañado de adecuados, pertinentes y oportunos procesos de capacitación en áreas que no se pueden limitar a la producción de discursos radiofónicos.
  • La experiencia demostró que la inocencia y la relativa ignorancia en el campo legislativo hicieron que se tuviese una actitud pasiva y desinformada frente a la normatividad y las formas de promover y exigir políticas públicas claras que facilitaran la posibilidad de acceder a licencias para hacer radio.
Desde el punto de vista de lo administrativo:
  • Si bien los esquemas creados le dieron cierta capacidad de organización y movilidad al proceso, algunas estructuras fueron demasiado rígidas e inadecuadas para la naturaleza de un medio de comunicación como la radio comunitaria.
  • Consideraciones de tipo económico que intentaban asegurar la sostenibilidad financiera del medio, resquebrajaron la propuesta política y discursiva de la estación, haciendo que experiencias que aportaban desde los contenidos, no pudieran continuar por no poder cumplir con los aportes solidarios.

Hoy, se cree que faltó espacio para pensar alternativas financieras que evitaran llegar a la censura y el cierre de programas, siguiendo de hecho, las lógicas perversas de la radio comercial a la que tanto se le huía.

Faltó generar mecanismos de acercamiento y contacto más directos y conscientes con la comunidad. En este sentido, la condición de radio barrial o comunal que fue reemplazada por un proyecto comunicacional de ciudad, hizo que se descartara la necesidad de afianzar los lazos vecinales y también las relaciones políticas con los organismos del poder comunal y barrial.

Este hecho fue determinante en momentos en los que la comunidad no hizo una defensa del espacio, al que ya sentía distante y ajeno. Hablamos de las ocasiones en las que la radio sufrió robos o cuando las amenazas de cierre del Estado se volvieron realidad.

En conclusión, hoy saben que la ciudadanía no sólo hay que contarla en el discurso radial sino que hay que construirla y fortalecerla desde el trabajo directo con la gente. 

   

Toda la información proviene del articulo:

Comunal Estéreo, radio de Barrio Expresión sonora de las otras ciudadanías.

Jorge Caicedo, Profesor de la Universidad del Valle

Publicado en la revista Nexus No. 9

El presente es un resumen libre