Después de que el Presidente Santos confirmara que se retirará el proyecto de reforma de ley 30 del Congreso y diera a entender que ante esto la movilización estudiantil quedaba sin objetivos, el movimiento estudiantil aclaró que el objetivo es la reforma del sistema educativo, y por eso el gobierno debe ofrecer garantías para que ésta se lleve a cabo con el conceso y la participación de todos los sectores implicados.
Ante el juego de intereses y lo que corre debajo de las declaraciones gubernamentales, los colombianos pendientes del proceso entraron en una espera ansiosa por la respuesta de los estudiantes.
La Mesa Amplia Nacional Estudiantil (MANE), conformada por dos mil estudiantes, ahora reunidos en la Universidad Nacional de Bogotá, comunicó en la tarde del sábado que las decisiones se darían a conocer el domingo.
La atropellada semana que acabamos de vivir parece ser el final del primer round del enfrentamiento entre el gobierno y el movimiento estudiantil.
La semana estuvo marcada por eventos que algunos no dudan en catalogar de guerra sucia, una guerra que pretende hacer frente a la creciente popularidad del movimiento.
Cómo en el juego más complejo de estrategia, los medios de comunicación, desde la radio hasta la internet estuvieron cargados de episodios que parecen distorsionar el hilo de los acontecimientos.
Primero el Presidente le pidió a la ministra que acelerara la marcha de la reforma y al día siguiente, despues de una reunión con el jefe de La U en que este le comunicaba a Santos que el partido no apoyaria la reforma y le pidio retirarla, el Presidente se echó para atrás.
“Si terminan el paro, retiramos la ley”
Era muy claro para el movimiento estudiantil que las cosas no iban en ese orden y que además de retirar la propuesta de reforma a la ley, el gobierno debía ofrecer garantias para llevar a cabo una reforma total del sistema de educación superior con la participación de estudiantes y universidades.
Incluso antes de que Francisco Santos saliera a hacer los suyo en un video blog, los animos parecian exacerbados por la desconfianza frente al gobierno.
El mismo día de la marcha la policia pasó un comunicado en el que decía tener pruebas de una supuesta infiltración guerrillera en el movimiento y las marchas. Los noticieros salieron en falso con esa noticia que luego fue desvirtuada por que las “pruebas”, ya se sabe, eran unos correos electrónicos de más de año y medio que no tenían nada que ver con el asunto.
Entonces la agenda mediática viró en dirección a otros rumbos y empezó a hablar de la capitalización que algunos politicos querian hacer apoyando al momvimiento, desde el partido de la U hasta el discurso de Piedad Cordoba estuvieron bajo la lupa que algo empañada no dejo ver bien el panorama.
Lo que parece estar en juego esta semana es quizá más grande que la educación superior. Es el futuro de las vías democraticas de protesta y resistencia. La MANE se toma su tiempo en tomar decisiones por que sabe que no puede sacrificar el momento historico que vive el país con dicho despertar político de la juventud y tampoco dar espacio para le hagán conejo con la reforma.
Quienes hemos estados pendientes del asunto, desde la comodidad de las casas nos mantenemos al borde de la silla sin poder predecir con certeza el siguiente giro de la historia.
Si al principio de la semana los incautos pensamos que el gobierno iba a dar su brazo a torcer hoy sabemos que lo que viene es la prueba más dura para estos jovenes. Las decisiones de estos días y las acciones de las próximas semanas pueden ser recordadas como un triunfo de la democracia o un nuevo fracaso de los movimientos civiles en Colombia.
También te pueden interesar:
