*Humberto Giratá

El Índice de Precios al Consumidor (IPC) es una medida estadística que calcula el comportamiento de los precios para los bienes y servicios que consumen los hogares en el país. Este índice es usado como referencia para la fijación de salarios, arriendos y créditos. El reporte de mayor difusión sobre el nivel de precios es la inflación mensual.

El IPC en Colombia es calculado mensualmente por el DANE a partir de los precios de una canasta representativa de bienes y servicios que consumen los hogares colombianos. La canasta mediante la cual se calcula el IPC, está compuesta por los gastos realizados en alimentos, vivienda, vestuario, salud, educación, diversión/esparcimiento, transporte, comunicaciones y otros. En Colombia, el mayor destino del gasto en la canasta se concentra en alimentos, vivienda y transporte.

Durante la última década el incremento en el nivel de los precios ha sido controlado, registrándose ahora  la inflación en Colombia más baja en de los últimos 30 años. La inflación está ligada a la cantidad de dinero que circula en la economía, por lo cual es un fenómeno monetario. Aunque es labor del DANE calcular el IPC, quien está encargado de velar por la estabilidad en los precios es el Banco de la República pues es quien controla la oferta de dinero.

En el pasado mes de octubre de 2013 se presentó un hecho sorprendente; a pesar de los paros y las dificultades existentes, la inflación registrada por el DANE fue negativa ( -0,26%), el más bajo en la última década. Esta cifra, además de aumentar la credibilidad de este tipo de mediciones, como la inflación termina siendo un termómetro de la capacidad instalada del país, nos hace percibir  que las empresas no están produciendo con todo su potencial, sino a media marcha.

La producción agraria es la más afectada. Si bien alimentos en general registró un caída de 1%, los subgrupos tubérculos y plátanos (-11,51%) hortalizas y legumbres (-5,86%) y frutas   (-3,90%) fueron los más afectados. El problema es que los costos de producción aumentan pero el precio de venta disminuye. La reducción del ingreso agrícola preocupa por la sobreoferta, lo que afecta su ingreso nominal, entregan más producto por menor precio.

Coincidimos con el análisis del Grupo de Investigaciones Económicas de Bancolombia quienes consideran que, según las tendencias, existen factores que permiten prever un comportamiento alcista en los próximos 2 meses.

Afirman el equipo de economistas: "No creemos que estos resultados por sí solos sean suficientes para que el Banco de la República decida efectuar reducciones adicionales en su tasa de intervención. La fortaleza de las ventas al por menor y el mercado laboral, así como la recuperación en las exportaciones, contrastan con un sector industrial que continúa contrayéndose. Por tanto, esperamos que las autoridades permanezcan en una actitud de cautela, a la espera de señales más claras en el frente de crecimiento".

La inflación registrada en octubre, y en los últimos años, es la consecuencia lógica de las fuertes medidas restrictivas de la oferta monetaria -cantidad de dinero que posee la población para realizar sus transacciones-, es el efecto de una medida monetarista, no es el reflejo de una mejor productividad de la denominada economía real que produce bienes y servicios.

Corresponde a la actual tendencia mundial que pondera las políticas y hechos macroeconómicos sin tener en cuentas los efectos en las unidades de producción y consumo, individualmente consideradas y, por tal motivo se nota el divorcio entre las políticas económicas y los problemas sociales que  generan.

Mientras que el Banco de la República percibe un horizonte de un país con oportunidades en el mundo globalizado tecnológico y plenamente comunicado, la otra realidad, la del campo, recibe los impactos de esas decisiones cambiando su deseo de progreso por el de la subsistencia y se fortalece el deseo de emigrar a los sectores rurales.

Llegará Colombia a una verdadera deflación? Es la pregunta que inquieta al gobierno y a los empresarios, que consiste en la baja generalizada del nivel de precios de los bienes y servicios en la economía. El fondo monetario internacional FMI la  considera como tal cuando la baja de los precios continúa por más de dos  trimestres.

Para el Banco de la República una deflación es una buena señal por que les permite cumplir con su meta inflacionaria, que beneficia al consumidor por la baja de los precios que mejora su poder adquisitivo.

Sin embargo una inflación negativa puede afectar al sector productivo pues crea un circulo en el cual las empresas bajan los precios , los consumidores limitan sus compras esperando más reducciones, las firmas frenan su producción agudizando la situación económica que vive el país.  La inflación negativa en la economía colombiana se genera por disminuir el consumo y su capacidad, Colombia está dejando de adquirir hoy bienes suntuarios.

Por ello el gobierno y nuestras autoridades monetarias deben dinamizar más nuestra económica, impulsando al sector productivo, para generar empleo y derrotar la informalidad que está afectando el consumo y en consecuencia, la calidad de vida de los Colombianos.