*Constituyente primario
Ha recibido el Presidente de la República Juan Manuel Santos un oxigeno muy importante de los acuerdos logrados en la Habana con las Farc en torno al segundo punto de la agenda de negociación y su decisión de no suspender los diálogos de Paz, con la calificación de los colombianos que ha recibido el primer mandatario, mejorando de esta manera su imagen positiva.
El optimismo de los colombianos se incrementó y por ello hoy la mayoría piensa que el país va por un buen camino, según la encuesta revelada por el Noticiero CM& – Centro Nacional de Consultoría. El 52% así lo consideran, como la aprobación de los diálogos ha alcanzado el 64% y la gestión de Santos está regresando a niveles iniciales del 55%. Así mismo recibe en la misma encuesta el golpe político de que la lista Uribista al Senado, único partido en oposición al proceso de paz va a tener el mayor apoyo ciudadano con el 23%.
Lo preocupante es la falta de unidad nacional sobre el proceso de paz en La Habana, donde el Procurador General de la Nación Alejandro Ordoñez rechazó el nuevo acuerdo, así como el ex Presidente Álvaro Uribe Vélez, que le hacen ver al país otra cara de la moneda cubana.
Lo negativo indudablemente es la falta de claridad del gobierno y de las Farc en el documento firmado sobre la participación política de los líderes guerrilleros, muchos de ellos sentenciados con delitos de lesa humanidad, que son sancionables a la luz del derecho internacional.
Igualmente no es de buen recibo que no se haya definido la entrega de las armas, sino que hábilmente se habló que habrá dejación de armas, hecho que a la luz de un tratado de Paz sería inaceptable por el pueblo colombiano.
En el acuerdo político se ignoró el marco jurídico para la Paz y el referendo que ha pasado a revisión de la Corte Constitucional. Este es un hecho no claro para el país y que se presentaría como un escollo adicional, cuando la guerrilla sigue exigiendo la convocatoria de una Asamblea Nacional Constituyente para refrendar acuerdos económicos, sociales, políticos y penales.
Así mismo la indefinición de las exigidas zonas de reserva campesina en coincidencia con las circunscripciones electorales especiales y que tendrían cabida en áreas vecinas al Valle del Cauca, en todos los puntos cardinales del departamento del Cauca, donde ejerce una presencia terrorista del grupo guerrillero.
Y lo más preocupante para la democracia colombiana es que nuevamente vamos a tener unas elecciones congresionales y presidenciales afectadas por la guerrilla de las Farc y especialmente en este caso por el proceso de Paz que se adelanta en Cuba.