Por Moises Banguero Pinillo
Uno de los temas de mayor controversia es la SALUD QUE SE PRESTA y el proyecto de ley a punto de hundirse en la Cámara de Representantes. Quienes se consideran de doctrina socialista, parecido al castrochavismo, quienes consideran que el estado debe ser totalitario y, que los derechos sociales y económicos tienen que ser cubiertos por el estado sin analizar las restricciones económicas, vienen criticando la ley 100 de 1993, sin considerar nada positivo en ella.
El mundo ni las sociedades son estáticas, avanzan y siempre están en movimiento, propio de una dinámica natural. La ley 100 cumplió con unos objetivos, entre esos la cobertura y la financiación del sistema con sumas grandes, provenientes de los aportantes y de los ingresos de la nación. Su permanencia en la legislación colombiana, su implementación y, su sostenibilidad dependían de los ajustes efectivos y acertados que los gobiernos siguientes estaban en la obligación de aplicar. Entonces se pregunta uno: Es mala la ley 100/93?, los ajustes fueron ineficaces? o el régimen torció los propósitos esenciales de la misma?
Es raro que todos los actores públicamente reconozcan que existen grietas en la cadena de la salud en Colombia, hablan del demonio de las EPS con su integración vertical, de la cantidad de intermediarios antes de llegar los recursos a las IPS, de los diabólicos recobros, de los paseos millonarios, de los copagos, de la falta de especialistas y generalmente de la excesiva tramitología. Esto lo sabían y lo saben todos los gobiernos y los legisladores y nadie es capaz de resolver el problema.
Cuando esto pasa, debe haber entre el problema y la solución una trama. Como es posible que no se mejoren los problemas indicados, cuando estos ya están diagnosticados e inclusive financiados con los más de 40 billones de pesos que se destinan anualmente al sistema de salud en Colombia.
Siempre que hay un problema, el régimen cree que la solución está en la normatividad y, de inmediato los congresistas y el gobierno esperan la época electoral para ver si se les prende la lámpara de Aladino y logran concretar una enmienda legislativa o constitucional para solucionar la crisis de la salud. ¡Qué tal, el gancho de vincular a la nomina de las IPS a todos los servidores que están por cooperativas!. Acaso necesita el sistema un cambio de ley para vincularlas?, simplemente se necesita voluntad política y financiera de la administración
Si la ley 100 del 93 tiene todas las reformas que usted se imagine, cuenta con toda una jurisprudencia de las altas cortes, cuenta con los recursos necesarios; es fácil entender, que para que funcione con dignidad, eficiencia y eficacia la red hospitalaria, el sistema de atención en salud el estado debe enfocarse en la operatividad del sistema, la cual consiste en mas control, mas administración, mas sanciones, mas vigilancia, mas infraestructura, mas dignidad y menos corrupción.
En plata blanca lo dicho anteriormente significa: 1. fortalecer la infraestructura de la Superintendencia de Salud, para que ejerza las auditorías necesarias a las IPS y EPS con el objeto de que cumplan su función y, quienes afecten los derechos a la salud aplicarles un método drástico de multas y sanciones. 2. Aplicar un método de selección de los Gerentes de las empresas sociales del estado y de los hospitales, alejados de la politiquería y corrupción con periodos fijos, seleccionados por la Comisión Nacional del Servicio Civil a través de concursos. 3. Aplicar la carrera administrativa en los niveles administrativos y operativos, es decir, no mas cooperativas de trabajo ni intermediación política. 4. Dignificar la profesión de la salud, estableciendo una escala salarial a nivel Nacional. 6.Estimular el servicio eficiente. 7. Girar los recursos a las IPS de acuerdo al flujo de caja presupuestado, e implementar el sistema de legalización de cuentas trimestral para ajustar los faltantes o sobrantes de caja. 8. Dotar el sistema de salud Nacional de infraestructura con recursos de las regalías, para garantizar la atención del 96% de los colombianos que están afiliados. 9. Destinar un porcentaje considerable a la prevención de las enfermedades y cultura de los afiliados 10. Priorizar como centro del sistema la atención al usuario, ponerle corazón al sistema de salud y, considerarlo en todos sus aspectos como un derecho fundamental conexo con la vida.
Lo que digo no es nuevo y lo saben quienes tienen que tomar las decisiones, entonces la trama está en que nadie se la juega por los usuarios, porque la atención que le brindan no se compensa con votos. Pero sí da réditos el tráfico de influencias para que cada año el político ayude al contrato de prestación de servicios; También da réditos el emporio sin control de las EPS; da réditos la amplia nomina de las IPS; da rédito la falta de control de los recobros y facturación; da réditos la integración vertical y, da mucho más réditos la confusión y el desorden del sistema.
Cuando la salud y la educación no sean un problema para los colombianos, los políticos mentirosos y populistas se quedaran sin demagogia y bandera para confundir al elector incauto, la salud tiene los recursos suficientes para operar, solo se necesita un enfoque administrativo y voluntad humana que garantice el gasto eficiente y focalizado, cuyo fin sea un buen servicio.
P.D. Encomiable la unión de las batas blancas( médicos, especialistas y trabajadores de la salud), un Ministro y un Senado que no entiende el nivel académico de los profesionales de la salud y menos entienden su apostolado, por ello, Colombia los respaldó y se ahogó el proyecto por donde menos se esperaba, Y el papel de muchos medios de comunicación fue deplorable, trataron de minimizar la marcha y la protesta, que ante su magnitud , tuvo la resonancia social que merecia. Gracias a las redes sociales.