*Redacción
Indudablemente que el salsódromo mueve la ciudad y se podría decir que más de 75.000 personas convoca este MEGAEVENTO, entre los aficionados a la salsa que pagan la suma de $80 mil, 1300 bailarines, ciudadanos que pueden tener acceso sin pagar, desde el otro lado de la autopista o en los andenes de las casas que no tienen gradería.
Un espectáculo citado para las 11:00 a.m., tan solo a las 2:00 p.m. comenzó la gran fiesta. Cuatro horas convirtieron a Cali en un verdadero carnaval, donde las orquestas y los bailarines divirtieron a los Caleños. Así arrancó la Feria, sin ser inaugurada oficialmente por el Señor Alcalde, hasta las 7:00 p.m. donde el concierto gratuito en las canchas panamericanas, puso a los Caleños a rumbear por 5 días.
La ciudad tiene turistas pero no los de otras épocas, por ello los revendedores de boletas mantuvieron el precio en la calle en $100 mil y al final la boletería sobró. Hubo papel falsificado aunque pocas protestas y la organización tecnológicamente mejoró con una boletería segura para el comprador.
Definitivamente Cali no tiene un sitio para grandes eventos, el parque nuevamente fue improvisado, barrios enteros con los andenes y antejardines ocupados, el MIO no tiene ruta troncal cerca, detalles que no empañaron la rumba corrida.
La tardanza en el inicio, la falta de orquestas ante el número tan alto de escuelas y bailarines, la reventa de boletas, algunas graderías semivacías, la publicidad excesiva oficial, la producción musical excesivamente repetida con las mismas canciones, la logística para ingresar sin señalización, pues no hubo gráfico de la ubicación de la gradería, fueron pequeños lunares que no afectaron la vistosidad del salsódromo.
Los precios al interior de las graderías escandalosos, la gaseosa a $5.000 y así la cerveza, los sándwich, el aguardiente, el agua, etc.
Hubo momentos de alegría desbordante, pero la gente se apagó en la mitad del desfile, algunos se salieron, pero la mayoría tomaron impulso para recibir el cierre, con Guayacán y sus 25 años.
Indudablemente que uno de los patrimonios cultural de la ciudad, es la salsa, donde comparsas, reinas, escuelas de salsa, orquestas en sus carrozas, pusieron a todos los asistentes a vibrar, en medio de un sofocante calor a pesar de los nubarrones que se presentaron.
Los ciudadanos de Santiago de Cali se apropiaron del salsódromo y a pesar de ser un evento “exclusivo”, ya hizo olvidar la cabalgata, como el punto de inicio de cada Feria de Cali.
*Con la información del Municipio de Cali.