El Río y el Corredor Por Benjamín Barney Caldas Arquitecto de la Universidad de los Andes con maestría en historia de la Universidad del Valle, y Profesor Titular (Jubilado) de la misma. Docente en la San Buenaventura y la Javeriana de Cali, el Taller Internacional de Cartagena y la Escuela de arquitectura y diseño, Isthmus, en Panamá, e Isthmus Norte, en Chihuahua. Miembro de la Sociedad Colombiana de Arquitectos, la Sociedad de Mejoras Públicas de Cali y la Fundación Salmona.Cali es una ciudad que se extiende sin mayor control en sentido Norte-Sur, entre la Cordillera Occidental y el río Cauca, con un amplio y abandonado Corredor Férreo al medio, y atravesada por seis ríos. Pance, Lili, Meléndez, Cañaveralejo, Aguacatal y Cali, siendo este el mas importante, pero tan desaprovechado como el Corredor Férreo, y por la misma razón: es de todos por lo que no facilita el negocio de nadie, y en esta ciudad de ciegos solo se miran y no se ven sus posibilidades urbanas, pese a que, juntos, resolverían problemas de la ciudad, como seguridad, baja densidad, animación urbana, movilidad y feúra.Para el río Cali se ha propuesto una sola autoridad sobre toda su cuenca, que tenga fortaleza jurídica-represiva y recursos autónomos. Y que recopile todos los proyectos históricos que existen sobre el río, para lograr uno sólo sostenible a implementar a mediano plazo. Y que se realicen concursos públicos ambientales, urbanos y paisajísticos para lograr una reorganización de su recorrido en los parques eco turísticos existentes y nuevos, y en la parte urbana.Esta propuesta surge de planes ya formulados, algunos implementados, incluyendo la mega obra 16, “Parque Río Cali”, que se está cobrando por valorización. Como también de las leyes posteriores a la Constitución de 1991, sobre todo la ambiental (99 de 1993) y la de servicios públicos (142 de 1994), además de las propuestas de reglamentos urbanos, antiguos y nuevos, como el actual POT y el POMCH, la Junta de aguas y la CVC. Como se ve sobran leyes y normas pero lo que falta es una autoridad única y finalmente la voluntad política para implementarla.Y para el corredor férreo se han propuesto andenes anchos, arborizados para disuadir a los carros de subirse, y ciclovías, sobre las calles 25 y 26, y dejarlas sólo con dos carriles para un par vial por donde iría el MIO; una autovía urbana (con peaje) de dos calzadas de tres carriles en cada sentido, con su respectivo arcén y separadores; dos vías férreas para el tren de cercanías y el regional, con un separador central, arborizado, para permitir estaciones centrales; y un parque lineal entre Yumbo y Jamundí. Era a lo que apuntaba Protrans hace dos décadas, pero lo lógico no interesa a políticos, terratenientes y contratistas: sólo el negocio.Las manzanas adyacentes a lado y lado del Corredor Férreo se podrían unir por mas puentes vehiculares sobre el mismo, con amplios andenes, y en ellas, como en las de segunda y tercera fila, hoy medio desocupadas, se podría construir vivienda en altura y centros comerciales, escuelas, colegios, centros deportivos y gubernamentales, como también edificios de oficinas. La Universidad del Valle quedaría muy cerca y lo mismo el Centro de Eventos ahora en Yumbo.Y por supuesto en el cruce del río Cali y el Corredor Férreo, hacer en las viejas instalaciones de la Licorera del Valle un gran centro regional de espectáculos, con sus respectivos hoteles, unido al centro de la ciudad por el par vial a los dos costados del río.Cruce de caminos que debe ser el punto de partida de un plan vial y de transporte para el área metropolitana, y su zonificación, renovación y urbanización, constituyendo un verdadero Plan de Ordenamiento Territorial a largo plazo, involucrando a todos los municipios vecinos para un mejor manejo medioambiental, principiando por el agua dulce. Uncategorized