El licor legal sin dolientePor Moisés BangueraLos monopolios son inspirados en un poder dominante, con el objeto de tomar ventaja competitiva a través de algunas o de todas las variables del mercado. Los Departamentos en Colombia crearon sus propias empresas licoreras para generar recursos por participación directa e indirecta a través de la regulación de tarifas, facultad de permiso y otras prohibiciones.Muchas ya no existen y, las que aun están funcionando hoy presentan graves problemas, cada una de mayor gravedad que otra. El problema común de todas es la perdida de mercado, lo que se evidencia en reducción en ventas y acumulación de inventarios metidos a la fuerza a los canales amparados en su condición dominante.Las causas generales son el contrabando de los licores importados por ineficiencia de la DIAN y las Unidades de Rentas Departamentales; el licor falsificado y adulterado por ineficiencia de los mismos, la alta rentabilidad de los ilegales, las debilidades del sistema sancionatorio; la politiquería, ineficiencia, corrupción y regímenes especiales desbordados.El diagnostico está sobre estudiado por lo cual es mejor no ahondar en él. Es importante aprovechar este espacio para hacer pública algunas propuestas de carácter general que necesitan de la ayuda del gremio y del estado para conservar el espíritu del porque permitir el monopolio rentístico de licores en nuestro país.Cuando suceden estas cosas lo más sensato es buscar un privado para que administre mejor el negocio y alcance la rentabilidad esperada. Siendo yo de pensamiento neoconservador en lo económico y conociendo el negocio de los licores, con plena convicción y sin vacilación puedo afirmar que la responsabilidad de salvaguardar los recursos de la salud, educación y deporte debe seguir en cabeza de empresas y/o entidades públicas.Para que las licoreras oficiales no colapsen quiero compartir las siguientes propuestas estructurales de carácter general sin adentrarme en cada empresa en particular:1. Regresar a lo estipulado en el artículo 206 de la ley 223 de 1995. Es decir a la tarifa por porcentaje de acuerdo al grado alcoholimetrico (de 2.5° a 20° 20%; de 21° a 35° 30% y de 35° en adelante el 40%) progresivo y equitativo.2. Estipular el control de precios obligando a que se publique en la etiqueta de cada producto el valor oficial, para que no se especule frente al consumidor finalCon las tarifas propuestas la botella de aguardiente quedaría en $ 16.000, hecho que dejaría sin atracción el carrusel y, los ilegales.3. Unión de las empresas licoreras oficiales en lo comercial y en la producción. Manejar precios y tarifas de mercadeo únicas, los productos que se vendan de las otras licoreras en el Departamento sea maquilado y controlado por la licorera anfitriona, generar campañas comerciales unificadas en los temas de competencia frente a los privados y los ilegales, necesidades de materiales en conjunto para alcanzar mejores precios etc.4. Trabajar en conjunto para desmontar el riesgo político. Que el gobernador nombre el Gerente de una terna producto de un proceso de meritocracia adelantado por la Comisión Nacional del Servicio Civil, por periodo de 4 años. Que en la de Junta Directiva tengan asientos propios la Superintendencia de Salud, el Ministerio de Educación, el Gobernador, el Secretario de Hacienda y un representante de la Cámara de Comercio. Entre otrasSeñores, llego el momento de revisar profundamente el esquema de licoreras oficiales compitiendo con los privados legales y los ilegales. La constitución tiene una herramienta que ha sido inutilizada por los Departamentos, por el Congreso y por los gremios que nos representan (monopolio). La salvación es aprovechar esta ventaja para ganarles a los demás. Hasta hoy ha sido todo lo contrario los gobiernos han exprimido política y económicamente el potencial de estas empresas, las han llevado a la debacle por la ineficiencia, malas decisiones y la politiquería.Se necesita estructurar normas del orden Nacional y Departamental que le devuelvan el poder dominante a las Licoreras Oficiales (monopolio), pero que también las conviertan en eficientes y productivas desligándolas del riesgo político, del clientelismo y estas a su vez depuren sus estructuras internas arropándose de trabajadores, clientes y proveedores que les duela el interés general, que quizá son la mayoría. De lo contrario está en riesgo el billón de pesos que se genera para la Salud y la educación y los más de 2.000 empleos entre directos e indirectos.La Federación Nacional de Departamentos, antes que andar suplicando y entregándole ventaja a las multinacionales, debiera apersonarse de los temas fundamentales para mejorar las rentas de sus afiliados, defender la producción nacional y premiar a los que no evaden ni eluden. El gremio está en peligro si no actuamos pronto nos quedaremos con los alcohólicos, los enfermos, los accidentados, pero sin monopolio y sin dominio sobre la principal renta, razón única de ser de los Departamentos.P.D: Bien por el Ingeniero Victor Julio Gonzalez, hombre transparente, visionario, ejecutivo, decente y líder. Lo saco por la puerta de atrás el Gobernador encargado de la época, pero aterrizo en la Sociedad Portuaria de Buenaventura como Gerente. Que estará pensando el Secretario de Hacienda del Valle? Uncategorized