Nairo Quintana, el campeón que detuvo la tierra*RedacciónLa polémica de Val Martello necesitaba un varapalo con los pedales. BMC, Astana y Omega Pharma hablaron de más e intentaron recuperar segundos en el escritorio, apelando a un error de la organización en el que nada tenía que ver Nairo Quintana. La neutralización en el descenso de Stelvio en la etapa reina de la ‘corsa rosa’, se convirtió en la excusa perfecta para quitarle valía al liderato irrefutable del capitán del Movistar, quien pese a su personalidad introvertida respondió a los interrogantes de la prensa italiana con la furia de quien se siente agredido en su ego de campeón. Fabio Aru se había convertido en el halo de esperanza en la península ítala. Nadie contaba con él, y como su favoritismo surgió de la nada, empezaron las polémicas mal infundadas. Por eso Nairo no se calló – “esos equipos no aceptan que les ganen. Yo gané con mis piernas” -, habló lo justo en la zona mixta y luego se encargó de silenciarlos con un mazazo fuera de serie en la Cima de Grappa.Aru registró un tiempazo de fenómeno en las alturas del monte que come piernas y exige un sufrimiento máximo para coronarlo. El joven del Astana detuvo el cronómetro en 1 hora, cinco minutos y 54 segundos. No se temió por el liderato de Quintana. Sí por el subcampeonato de Rigoberto Urán. Esa era la lucha verdadera. Pero Nairo se metió en la discusión y despedazo el cronómetro, superando el registro del italiano en 17 segundos. Inverosímil. Apoteósico. Poético. Monumental. Los adjetivos se acabaron y los italianos se silenciaron. Aru frunció el ceño en una muestra inequívoca de su fastidio. Su gesto no fue de petulancia. Es el carácter de alguien que se sabe superior en la montaña, pero al que no le alcanza con la excelencia para superar a un extraterrestre.Nairo es el Pantani del Giro. La organización lo llevo para eso, para que sacara su mejor versión en las cúspides conquistadas por el ‘Pirata’ y él, que sufrió quebrantos de salud en las dos primeras semanas, no tuvo reparos para liquidar a sus contendores en el escenario que mejor le sienta. Nadie como él para escalar. Y ninguno como el boyacense para asestar golpes sobre la mesa en las citas más exigentes. La Cima de Grappa acalló todos los dimes y diretes entorno a su liderato. Será el campeón del Giro con dos triunfos de etapa monumentales. Y para la historia de la edición 97 de la ‘corsa rosa’ quedará la huella indeleble del ciclismo colombiano.Sucesos como el debut enorme de Sebastián Henao con el Sky, el Top-10 de Edwin Ávila en los embalajes de Belfast, la victoria de punta a punta de Julián Arredondo en el Rifugio Paranotta, los dos segundos lugares de Fabio Duarte (Montecampione y Paranotta), las lágrimas de Pantano tras su tercer puesto en el Santuario de Oropa, las contrarrelojes (por equipos e individual) de Rigoberto Urán en Belfast y Barolo, y las gestas de Nairo Quintana en Val Martello y Grappa, ya están en el primer lugar del libro dorado del ciclismo nacional.Italia preparó un sentido homenaje para Marco Pantani y los escarabajos fueron los encargados de darle un gozo a su alma, tan vituperada por los hechos que aún no esclarecen las verdaderas causas de su muerte. Y el Giro, su Giro, ese que lo encumbró como el mejor escalador de todos los tiempos, ha sido testigo del nacimiento de su sucesor en los años venideros. Tiene nombre y apellido: Nairo Quintana. En Trieste, cuando la carrera llegue a su fin, todos tendrán que tragarse las palabras, pararse, aplaudirlo y reconocerle que es la nueva bestia del ciclismo mundial. *Redacción: Éder Garcés – Federación Colombiana de Ciclismo | 30/05/2014