Las elecciones: Una crisis anunciadaEditorialLos problemas de comunicación del Presidente se observaron desde el inicio de la campaña, desde allí se concluyó que algo grave veníaLos problemas de comunicación del Presidente se observaron desde el inicio de la campaña, desde allí se concluyó que algo grave venía. Durante el último año las encuestas y los candidatos presidenciales han calificado mal la gestión del gobierno y siempre el porcentaje que rechaza la reelección del Presidente Juan Manuel Santos, ha sido ampliamente mayoritario en porcentajes entre el 60% y 70%. Igualmente en numerosas encuestas, el Presidente de la República no tuvo un porcentaje de intención de voto mayoritario al 40% de los ciudadanos. Luego, este hecho de descontento proyectaba que la crisis política podía llegar, sin embargo ante la no aparición de un candidato que moviera los cimientos electorales del país, nuestra frágil democracia estuvo controlada por la fuerza de la gravedad de los partidos de la UNIDAD NACIONAL, empresarios y los medios de comunicación.En el último mes, antes de la primera vuelta, cuando emergió el candidato Zuluaga con la fortaleza propia de un partido que sacó 20 senadores y con un trabajo estratégico, logró no solamente empatar los sondeos de opinión, sino pasar de largo al candidato-presidente. Allí fue troya, la crisis tocó fondo y empezó a funcionar la guerra sucia, de parte y parte, con casi todas las “formas de lucha”, lo que hizo “mover” la estructura de nuestro edificio republicano, con inestabilidad, de un lado Juan Manuel Santos, las directivas del Congreso, la Fiscalía y los medios de comunicación y de otro lado, Zuluaga con el expresidente Uribe, el Procurador y la fuerza electoral propia. La guerra se mostró desequilibrada y ya en los debates por TV, el conflicto se civilizó un poco.Martha Lucía, Clara y Peñaloza desacreditaron la reelección, lo que afectó al Presidente, ganándose ellos los elogios por su resultado independienteLos candidatos Martha Lucía, Clara y Peñaloza desacreditaron la reelección, lo que afectó al Presidente, ganándose ellos los elogios por su resultado independiente y sin maquinarias electorales. Insólitamente los medios armaron sin proponérselo un gran equipo informativo en donde brilló por ausencia de equidad en la noticia y su análisis, se enfocaron y marcatizaron a un candidato y ese fue el triunfador. Colombia paradójicamente no le hizo caso a la institucionalidad, a los dueños del país y el 75% votó en contra de la reelección, lo que hizo ver la hecatombe.Ambas campañas con muchas fortalezas y debilidades, llegaron al día decisivo y el resultado paso de ser un temblor a un terremoto, donde se puso en duda la continuidad del Presidente Juan Manuel Santos, fue un mensaje de revocatoria de su mandato, pero el desenlace de la pelea quedó para la 2ª vuelta.Los votantes taparon los escándalos y por lo tanto, se hizo tránsito de una batalla cuerpo a cuerpo a una guerra fría. Las controversias siguieron en el ojo de un huracán que ha bajado de intensidad, pero que amenaza sobre la plataforma electoral de los candidatos.La semana de adhesiones motivada por el llamado a la paz o a la guerra, ha servido para que se hayan dado las coaliciones nunca esperadasLa semana de adhesiones motivada por el llamado a la paz o a la guerra, ha servido para que se hayan dado las coaliciones nunca esperadas, de enemigos radicales que ha pasado a un apoyo electoral, de labios para afuera en donde de fondo no hay una clara empatía con su decisión. Observar un Ministro, la directora del SENA, Secretarios de la Alcaldía del Distrito de Bogotá y funcionarios, desinflando la administración pública y engrosando las fuerzas electoreras, qué pésimo precedente.Los Partidos vivieron su crisis, solucionada con la libertad de sus votantes, pero la solución solo se verá en las urnas. De otro lado, la mayoría de los adherentes de Verdes y Polo al candidato-presidente solo atinan a decir: apoyo la paz pero el gobierno… le recriminan muchas fallas, lo que podría mantener alejado al votante.Y qué decir de partidos y movimientos cuestionados por los medios de comunicación ahora son pretendidos por los candidatos, con el silencio cómplice de los que fueron ayer sus críticos. Que mal ejemplo para las futuras generaciones.Uno de los periodistas más importantes del país, parcialmente retirado, ha castigado con su pluma a los ex colegas por la parcialidad exagerada y la manera abusiva con la que han manejado la presente campaña electoral. El fiscal General de la Nación ha sido desconceptualizado por su manejo jurídico-político por los procesos penales generados en la actual campaña electoral. Un ex presidente de la república ha continuado con violencia verbal, hasta descalificarlo al Procurador General de la Nación. Y el rey de los trinos, sigue liderando la agenda política de la campaña presidencial, presentando pruebas de la infiltración de dineros calientes en la pasada campaña presidencial.Por Dios, hasta dónde llegamos, la pelea por el poder se seguirá dando a cuchillo limpio, aunque un candidato esta semana llamo cínico al rival y este último, por ahora esta prefiriendo no alimentar la virulenta guerra mediática.El modelo económico y social aparentemente es el mismo, con diferentes maticesEl modelo económico y social aparentemente es el mismo, con diferentes matices,pero la manera de tejer el proceso de paz nos tiene con las espadas desenfundadas y sino manejamos nuestras controversias con mesura, fácilmente podríamos llegar a sobrepasar los ataques y ojalá no vayamos a producir violencia física. No solamente son diferencias públicas por las Farc y demás movimientos guerrilleros, sino que la lucha por el poder nos tiene enfrascados en un remolino, del cual podremos salir, si el resultado es amplio.Nuestros dirigentes nos han puesto en uno de los 2 bandos, dizque por paz o por guerra, pero ni es lo uno ni lo otro. Un bando se vestirá de blanco llamando a la paz y el otro de Colombia, llamando a la democracia.Dirigentes y dirigidos, que prime la sindéresis en el fragor de la lucha política por el poderNecesitamos un nuevo gobierno que consolide nuestras fortalezas como país, para que los ciudadanos no tomen la violencia de los dirigentes y para que los mercados financieros no vayan a afectar nuestra pequeña economía.Necesitamos la grandeza de todos nuestros líderes, para que la estabilidad institucional del país no se vaya a afectar. A aceptar las diferencias en este final de campaña, que los programas y principios no sean avasallados por nuevos escándalos y para que no regresemos a las etapas oscuras de la vida republicana.Estas elecciones se presagiaban con una crisis anunciada y así llegamos al final de la contienda. Dirigentes y dirigidos, que prime la sindéresis en el fragor de la lucha política por el poder, de nuevo la patria por encima de los partidos. Uncategorized