Por Benjamín Barney Caldas 

Arquitecto de la Universidad de los Andes con maestría en historia de la Universidad del Valle, y Profesor Titular (Jubilado) de la misma. Docente en la San Buenaventura y la Javeriana de Cali, el Taller Internacional de Cartagena y la Escuela de arquitectura y diseño, Isthmus, en Panamá, e Isthmus Norte, en Chihuahua. Miembro de la Sociedad Colombiana de Arquitectos, la Sociedad de Mejoras Públicas de Cali y la Fundación Salmona.


Pío Baroja (1872-1956) reconocido escritor de la llamada Generación del 98, señalaba hace un siglo que los siete pecados capitales de los españoles, los que heredamos en sus colonias de ultramar, comienzan con aquellos ciudadanos que no saben y terminan por los que viven gracias a que los demás no saben, y que se autodenominan “políticos”. Tal cual como todavía pasa en Colombia.

Ahora toca escoger a uno para la Presidencia pero lo peor sería olvidar el derecho a hacerlo. Pese a que casi el 80% de los habitantes del país viven en ciudades, la mayoría aun no son en rigor ciudadanos conscientes e informados, y la mayoría no declara renta y torpemente no les importa que los políticos se roben el dinero de los contribuyentes. En consecuencia permiten que el 60% de los electores que se abstienen, dejen que la mitad de los que votan, apenas un 20%, muchos de los cuales han vendido su voto, decidan por ellos.

Por otra parte, muchos alegan para disculparse, que no hay por quien votar, pero en lugar de abstenerse, deberían preferir votar en blanco pues al menos es una expresión de inconformidad con la corrupción e ineficiencia de los politiqueros de siempre, y además entender la propuesta de Jaime Araújo, ex presidente de la Corte Constitucional, de aprovechar la oportunidad para construir una mejor sociedad (Semana.com, Bogotá, 22/02/2014).

El voto de opinión es el de gentes mas educadas, con mas experiencia y mas memoria, y que por eso entienden que para la misma, y de cara al futuro, hay que considerar que es preciso juntar socialismo y ecología, como propone Le Parti Gauche francés <www.lepartidegauche.fr>. Son ahora inseparables y urge una alternativa a unos modos de producción y consumo que esclavizan y que agotan nuestro ecosistema. En consecuencia, una ecología forzosamente anticapitalista y un socialismo necesariamente anti productivista.

Un nuevo proyecto de sociedad que parta de las necesidades reales y los límites del planeta. Una revolución, dice Le Parti de Gauche, pues se propone cambiar las formas de la propiedad, el sistema institucional y la jerarquía de las normas jurídicas, sociales y medioambientales que organizan la sociedad y la economía. Asuntos urgentes en Colombia por supuesto, especialmente el de la justicia y en consecuencia la seguridad y la reducción de la corrupción.

Pero por todo esto en esta coyuntura es mejor votar por Santos y no apenas en blanco, y desde luego abstenerse es una irresponsabilidad al dejar libre el paso a los parásitos de la sociedad, cada vez mas corruptos y violentos, que han vuelto la política un mero negocio personal. Con Santos al menos se podrá continuar protestando contra el mal gobierno de las ciudades y el país, y la destrucción de su medio ambiente y paisajes, lo que en Cuba o Venezuela no se puede.

Se trata de mejorar nuestra precaria democracia no de acabarla, y esto pasa por educar a los que no saben para que los que creen que saben no les tapen mas los ojos y los oídos a la realidad nacional. Pero no en vano Pio Baroja también hablaba de los que no quieren saber (y prefieren vender su voto);
 los que odian el saber (como tantos violentos);
 los que sufren por no saber (como tantos pobres);
 los que aparentan que saben (como tantos expertos);
 y los que triunfan sin saber (vivos que son).