Los ‘comeplásticos’Por José Antonio Aguilera.Esta semana traigo un tema ecológico que debemos estar pendientes cuando visitamos nuestras playas tanto en el mar Caribe y en especial el Pacífico.Así como nuestro planeta dedicó miles de millones de años a formar maravillas naturales únicas con las que nos agasaja hoy en día, tales como la Gran barrera de corales frente a la costa noreste de Australia, a nosotros, los humanos, nos tomó sólo 200.000 generar algunas de las también grandes obras con las que le retribuimos en forma de agradecimiento. Una de ellas es, por ejemplo, la Gran mancha de basura del Pacífico.A pesar de haber sido predicha por la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de los Estados Unidos allá por 1988, fue recién a partir de 1997 cuando la sopa tóxica empezó a tomar notoriedad en los medios. Aquel año se corría una regata a través del Océano Pacífico y en ella participaba el capitán y oceanógrafo Charles Moore, quien al llegar a tierra advirtió: “Había tapas de shampoo y botellas de detergente y bolsas de plástico y flotadores de pesca por donde fuera que mirara. Me encontraba allí, en el medio del océano, y no había lugar a donde pudiera ir para evitar el plástico”.Lo que había atravesado el capitán Moore en su camino de vuelta a casa no era la isla paradisíaca predilecta de los Playmobil a la hora de vacacionar, sino una mancha de aproximadamente 100 millones de toneladas de plástico que se extiende por el Pacífico Norte entre Japón y Estados Unidos cubriendo una superficie que se estima podría abarcar entre 700.000 y 15 millones de km2. Si hacemos cálculos, esto significa que entre el 0,41% y el 8,1% del océano más grande del mundo está cubierto en su superficie, pero también por debajo de ella, por desechos tóxicos que día a día producimos los hombres. Los mismos llegan desde tierra (el 80%) o provenientes de barcos y plataformas petroleras (el 20% restante) para instalarse de por vida en una zona de convergencia luego de ser atraídos por las corrientes del giro oceánico del Pacífico Norte, del que nunca pueden salir.Las bolsas, redes de pesca, sogas, conos de tránsito, encendedores, botellas y tapitas, neumáticos, globos, cepillos de dientes y muchos otros etcéteras son el mal menos dañino de un problema mucho más profundo. Ninguno de los elementos que forman la gran mancha es biodegradable. Sin embargo, sí se desintegran por la acción de la luz solar y la erosión del viento y las olas, deviniendo de esta manera en infinitas micropartículas de plástico que invaden los océanos. Como para dar una idea de lo que esto significa, estudios de Greenpeace prueban que una sola botella de plástico puede desintegrarse en tantos pedacitos como para que sea posible poner uno de ellos en cada milla de playa de todo el mundo.Criaturas microscópicas parecen estar biodegradando toneladas de basura que flotan en el Pacífico.Oceanógrafos de la University of Western Australia aseguraron que las criaturas microscópicas parecen estar biodegradando toneladas de basura en el agua publicado en la revista científica Plos One.Unos microbios microscópicos podrían estar contribuyendo a reducir los deshechos en el mar "comiéndose" los plásticos que contaminan las aguas del planeta, indicaron científicos australianos.Los científicos analizaron más de mil imágenes de desechos frente a las costas de Australia y documentaron por primera vez las comunidades biológicas que viven en estas pequeñas partículas de deshechos, conocidas como microplásticos."Los microbios terrestres necesitan agua para crecer y el proceso es muy caro. Pero los microbios marinos crecen en agua salada y podrían ser una manera más barata" de reducir los vertederos, asegura Reisser.Los científicos advirtieron reiteradamente de la amenaza que representan los microplásticos -es decir las partículas de plástico inferiores a cinco milímetros- para el océano y en 2012 el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente estimó en cerca de 13 mil las piezas de microplástico por cada km cuadrado de mar, un fenómeno que se agudiza en el Pacífico Norte.amig@s lectores en estas próximas vacaciones, cuidemos de la naturaleza, así sea viajando al mar, bosques, piscina, lagos, caminando por nuestras cuadras del barrio y en especial en nuestras casas, hasta la próxima.