Venta de la Industria Licorera del VallePor Guillermo E. Ulloa TenorioEconomista de la Universidad Jesuita College of the Holy Cross en Estados Unidos, diplomado en alta dirección empresarial INALDE y Universidad de la Sabana. Gerente General INVICALI, INDUSTRIA DE LICORES DEL VALLE, Secretario General de la Alcaldía. Ha ocupado posiciones de alta gerencia en el sector privado financiero y comercial.Ante la Asamblea Departamental fue presentado un proyecto para reactivar la destilería para producción de alcohol etílico potable y eventualmente etanol carburante, uno de los pilares complementarios y fundamentales de la empresa. El anteproyecto presentado contempla una inversión aproximada de US $ 24 millones. La alianza propuesta vislumbra la participación de algunos productores de materia prima, melaza o mieles vírgenes y se pactaría una asociación por periodo de veinticinco años. En los años que funcionó la destilería, se comercializaba, a terceros, más del 60%. Sus principales clientes eran otros productores de licores nacionales, públicos y privados, y laboratorios farmacéuticos, sometiéndose a los más estrictos controles de calidad. Fue reconocida y premiada internacionalmente por su calidad y confiabilidad.En la administración del gobernador Angelino Garzón y sin fundamento en algún estudio previo, se tomó la decisión de clausurar y cerrar la destilería. En los siete años posteriores que permaneció cerrada la destilería, el presunto detrimento patrimonial que pudo haber ocasionado su cierre, nunca fue objeto de investigación alguna por los entes de control. Dicho lucro cesante se ha estimado en $ 6000 millones anuales, lo cual para el periodo sumaría, la no despreciable suma de $ 42,000 millones.Sí bien se trabaja en la solución al negocio de alcohol de la empresa, lo esencial y primordial, la producción y comercialización de licores atraviesa una etapa crítica que desestabiliza la permanencia de la empresa en el tiempo. Recientes estudios y mediciones coinciden en reafirmar que la principal amenaza es el contrabando y la adulteración, facilitándose además, por la importación libre y careciente de controles aduaneros de alcohol potable. Las unidades de renta departamentales no actúan con la severidad requerida, situación aprovechada por el comercio informal.Desde Octubre de 2012, cuando la presente administración departamental, adjudicó la comercialización de sus productos, las ventas contractualmente pactadas no se han cumplido. En los veinte meses corridos del contrato y peses a los ingentes esfuerzos financieros del comercializador para cumplir con las cifras pactadas ha venido acumulando grandes niveles de inventarios, distantes de la velocidad de una rotación vigorosa. La carga financiera también repercute en la cartera adeudada a la ILV, acudiendo la empresa a un sobresaliente pasivo para soportar su capital de trabajo.La actual situación de la ILV no es coyuntural es estructural. Su continuo debilitamiento, por fuerzas del mercado, por desgreños administrativos, por incongruentes y equivocadas decisiones administrativas, por su voluminoso pasivo pensional, por un rosario de pérdidas acumuladas que hábilmente se han disimulado en su contabilidad ya no es un campanazo de alerta. La empresa ha llegado, en términos de navegación aérea, al punto de no retorno. Su generación interna no le permite devolver el rumbo a la estructura financiera robusta que tuvo. Su único accionista, el Departamento, inmerso en acuerdo de acreedores, está imposibilitado en su capacidad de inyectar recursos nuevos a la empresa.La única salida lógica es la venta de la ILV con sus componentes de producción de alcohol y licores. El valor de venta le representaría al Departamento ingresos suficientes para cancelar su propio pasivo pensional, liberando recursos para inversión social, la verdadera razón de existencia del ente territorial. Constitucionalmente sigue ejerciendo el monopolio sin perder participación en las rentas de licores y alcohol de la nueva ILV. Es el momento de tomar decisiones en beneficio del Valle del Cauca, su futuro, sus necesidades sociales, de infraestructura y de inclusión, sin aferrarse a contemplaciones nostálgicas. Uncategorized