Crisis culturalPor Guillermo E. Ulloa TenorioEconomista de la Universidad Jesuita College of the Holy Cross en Estados Unidos, diplomado en alta dirección empresarial INALDE y Universidad de la Sabana. Gerente General INVICALI, INDUSTRIA DE LICORES DEL VALLE, Secretario General de la Alcaldía. Ha ocupado posiciones de alta gerencia en el sector privado financiero y comercial.A través de la cultura se reconoce la creatividad del individuo, se genera desarrollo económico, se fortalecen valores, se incentiva la participación comunitaria y se afianza la identidad de la población. La importancia de la industria cultural ha merecido que organizaciones multilaterales como las Naciones Unidas, a través de la UNESCO, el BID, el convenio Andrés Bello y el mismo Ministerio de Cultura, en cabeza repitente vallecaucana, auspicien actividades para su fortalecimiento.La crisis de las entidades culturales del Departamento nuevamente alertan sobre un problema estructural que las afecta desde hace más de catorce años.En la administración del gobernador Bonilla Otoya, y posteriormente la de Villegas Villegas, presionados por la DAF y los acreedores bancarios, el Departamento tomó la decisión de deslindar el componente cultural del presupuesto general departamental dejándolas únicamente con asignación de recursos de inversión de libre destinación.Mediante esta medida cortoplacista se mostraba una disminución sustancial del gasto público, ajustando las finanzas dentro del marco propuesto por la DAF, automáticamente mejorando los indicadores de gestión y manteniendo el Departamento su privilegiada categoría.Desafortunadamente los presupuestos de las cuatro entidades; Bellas Artes, Incolballet, Inciva y Biblioteca Departamental quedaron a merced del comportamiento rentístico. El deterioro paulatino de las arcaicas rentas reducía la posibilidad de realizar transferencias de inversión de libre destinación, acordes a las necesidades, con nefastas consecuencias para la cultura.Los gobernantes, independientemente de su formación política, deben ser eficaces administradores. No corregir problemas de raíz, solucionando puntualmente la necesidad acarrea la postergación. En cada uno de los dos años de la presente administración el problema ha sido recurrente forzando a manifestaciones pacíficas de los afectados.En esta ocasión la Secretaria de Hacienda, estrenando cargo, expresa que como la problemática afecta mayoritariamente la población de la capital departamental, debe asumir el municipio la carga cultural. Irracional su apreciación. Igual de insensato sería pedir a cambio el Departamento ceda a favor de los municipios sus rentas de licores, tabaco, cerveza, impuesto automotor, boleta fiscal y otros, en la misma proporción.La solución debe buscarse uniendo esfuerzos e intelectos sin discusiones bizantinas egocéntricas.Debe aprovecharse la ratificación de la vallecaucana Mariana Garcés como Ministra de Cultura, quien además conoce de primera mano la importancia de las entidades en crisis, como facilitadora, en la búsqueda de soluciones definitivas y estructurales a la crisis. La cultura, en todas sus expresiones, es una extensión de la educación formal. Consecuentemente merece asignación presupuestal acorde a la contribución invaluable que hace en la formación del individuo, la comunidad y la convivencia pacífica de la sociedad.geulloa@hotmail.com @geulloa Uncategorized