Por: Isabel Saa
La semana pasada en nuestra sección de Arte y Cultura, publicamos la primera parte de la entrevista que hicimos a este escultor y arquitecto caleño, con motivo del más reciente reconocimiento internacional que recibió en Nueva York como mejor escultor en ARTEXPO, la feria internacional de artistas más importante en Estados Unidos. Es preciso anotar que en dicha exposición participaron más de 1000 artistas de diferentes países del mundo: Emilio es el primer latinoamericano en obtener tan importante mención.
CALI ESCRIBE: ¿Cómo llegaste al arte?
Emilio Hernández: Se viene con él. Uno no llega al arte sino que se viene con una conexión, yo no sé de dónde. Desde muy pequeño estás con la necesidad de crear, de buscar y de inventarte cosas nuevas.
C.E: ¿En qué momento se convirtió en tu profesión?
E.H: Desde el 90, cuando hice mi primera exposición, estoy entregado al arte, pasión que mezclo con la arquitectura.
C.E: ¿Qué tipo de arquitectura?
E.H: Sobre todo la arquitectura de campo. Es muy rica, está llena de detalles, los materiales son más sencillos, no me gusta construir con cosas súper sofisticadas. Me atrae la sencillez y lo básico. Eso lo exige una casa de campo. Debe salir de la tierra y que sea la misma tierra la que la hace.
Me ofrecen casas de ciudad y en eso casi nunca me meto. Ahora voy a hacer una decoración de una discoteca porque es un juego, va a ser un teatro y una escenografía y yo hago escenografía, por eso me recibo ahí.
C.E: ¿Cómo mezclas la arquitectura con la escultura?
E.H: La delgadez de las figuras tiene mucho que ver… tiene una conexión con la arquitectura. Cuando uno va a construir algo, incluso como fuimos construidos los seres humanos, ¿qué se hace primero? Una estructura, ¿cierto? Y eso es lo que hacemos en las casas.
C.E: ¿Cuál es el sentido de la delgadez en tu obra?
E.H: A mí me gusta mucho que se alcance a sentir eso, el hueso, sentir la delgadez porque se ve que hay piel y que hay hueso y se ve más humano para mí. Admiro mucho el trabajo del maestro Botero: es espectacular. En las curvas hay una magia bellísima, pero en las curvas no se alcanza a sentir esa otra parte. Uno va escogiendo un camino y eso es como un mensaje que te llega, vos estás trabajando y es como tu forma de escribir. Son dos campos, yo me voy hacia lo delgado. En éste se manifiesta más la sensualidad, de pronto como la sociedad nos ha enseñado a través del tiempo: la delgadez es lo perfecto. Por mucho que uno no quiera eso está incrustado en el cráneo. Los de mi obra son personajes que me visitan y que yo puedo mostrar. El único que los puede ver soy yo, entonces los saco y se los muestro a los demás.
C.E: ¿Qué son esos personajes?
E.H: Hay divas y hay duendes en mi obra. Los duendes son casi asexuados. Son figuras que tienen que pasar desapercibidas. Sus movimientos son como los de una culebra, para que nadie los vea. Así me los imagino yo. Esto lleva a que sean delgaditos, a que los movimientos sean como los de un gato; muy sensual.
C.E: ¿Qué temas trabajas?
E.H: Van apareciendo temas y van apareciendo leyendas. En los pájaros está la famosa fidelidad. Ellos escogen una pareja y es para toda su vida. Ahora, en Artexpo, había personajes de esos: Duendes que iban a construir un nido para enamorar a su pareja. Ellos tienen la facultad de ser alados, de poder ser lo que quieran. Entonces uní las dos cosas: los duendes y los pájaros, todo en un solo cuento.
C.E: ¿Qué es lo que más te gusta de tu obra?
E.H: Esa delgadez, esa sensación de movimiento que yo llamo sensualidad. Como quien dice “ya se van a mover”. Aunque cada vez siento que me falta más, para expresarlo, para que se vean más delgados y más sensuales. Cada vez se estiran más, las manos son más largas… serán mis ganas de coger el mundo.
C.E: ¿Es fácil o difícil hacer arte en Cali?
E.H: Por un lado es fácil, porque si uno no se deja contaminar ni envenenar de lo que pasa alrededor, uno sigue su pasión. Es tu vida y vos conitnuás haciéndolo. Claro, si no estás esperando a toda hora, ni ser reconocido, ni que te aplaudan, ni que el uno o el otro te dé permiso.
Yo me he pasado la vida creando, haciendo, jugando. Le he tendido unas trampitas a la sociedad y de pronto salgo con unas cosas montadas en la calle gigantes y las dejo un mes y vuelvo y las guardo y me vuelven nada. Ése ha sido el juego, o sea, salir… nadie le puede impedir a uno que, con constancia, crea en lo que está haciendo y lo disfrute. Así termina volviéndose un poco más fácil, y podría serlo mucho más, aunque tristemente no es así. No hay apoyo de las instituciones, de absolutamente ningún tipo. De pronto los apoyos se van consiguiendo cuando ya vas cogiendo nombre. Ahí ya les interesa tenerte de la mano, entonces si te la dan ayudas y patrocinios, cosas que nunca antes te dieron. Qué tristeza, pero si es muy difícil, hay mucha gente haciendo muy buen trabajo, personas que viven sólo de eso. Yo hice la mezcla de tener una profesión aparte, entonces vivo de lo uno y lo otro. A veces vivo más del arte que de la arquitectura o, a veces, si no tuviera la arquitectura pues me tocaría comer quién sabe qué… (Risas).
Aprovechando el testimonio de este exitoso artista caleño, hacemos un llamado al gobierno regional y a las instituciones privadas, para que participen activamente en la promoción de los artistas caleños talentosos, quienes desafortunadamente por falta de presupuesto y oportunidades, tienen que salir del país para ser reconocidos por su obra.